miércoles, 23 de diciembre de 2009

Carta Abierta leída por LRA Radio Nacional (La Pampa)

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21 de diciembre de 2009[1]

La Cumbre de Cambio Climático de Naciones Unidas, realizada en Copenhague fue un fracaso. Se habían reunido 192 países con el objetivo de lograr una propuesta común para luchar contra el deterioro que esa situación está produciendo en el planeta tierra.

Algunos efectos del deterioro son: continúo aumentando la temperatura global. Disminución del grosor del hielo ártico. Elevación del nivel del mar.
Aumento de la frecuencia e intensidad de los huracanes. Alteración del régimen de lluvias. Deforestación con pérdida de otros 100 millones de hectáreas de bosques. Crecimiento de los desiertos. Riesgo de desaparición de un 30 por ciento de las especies si la temperatura global se incrementa entre 1.5 y 2.5 grados centígrados. También riesgo de desaparición bajo el agua de pequeños estados insulares.

Las causales de estos desastres se debe al aumento de la temperatura por las emanaciones de dióxido de carbono, que se producen espacialmente en los países desarrollados, que provocan el 76 por ciento de las emisiones acumuladas en la atmósfera que provocan el efecto invernadero con las consecuencias enunciadas muchos de los cuales ya son irreversibles. Es necesario decir que el primer país contamínate es China y le sigue EEUU (recordemos que este país nunca firmó el protocolo de Kyoto).

Tampoco estos países desarrollados se hacen cargo de los 2 500 millones de seres humanos en la pobreza, a 1 100 millones sin agua potable, a 2 600 millones sin servicios de saneamiento; a más de 800 millones de analfabetos y a más de 1 000 millones de hambrientos en el planeta.
La brecha que separa a los países desarrollados y subdesarrollados no ha dejado de crecer. El 20% más rico de la población mundial, residente en los países de mayores ingresos, absorbe más del 85% del total de gastos en consumo privado, mientras que 2 800 millones de personas viven con menos de dos dólares al día.

El acuerdo resultante de la reunión no fue más que una declaración de principios que plantea impedir que el incremento de la temperatura supere los 2 grados y prevé otorgar un auxilio financiero a las naciones subdesarrolladas. el recorte de emisiones en el corto plazo queda como una meta a definir, posiblemente para después de las fiestas de fin de año.

El presidente de EEUU, Obama, en las pocas horas que estuvo presente en la reunión planteó; que el conjunto de naciones desarrolladas podría auxiliar al resto con un aporte de 30 mil millones de dólares de aquí a 2012, monto que treparía a 100 mil millones anuales a partir de 2020, aunque esos recursos serían sólo parcialmente aportes de los tesoros de las naciones ricas. Pero ese aporte, sugirió, estaba condicionado a la posibilidad de monitorear lo que hace cada uno para proteger el ambiente y cómo gastan el dinero de la ayuda.

“Cuidado con la intervención. La experiencia con el Fondo Monetario y el Banco Mundial en nuestras economías no es recomendable”, advirtió Inácio Lula da Silva en un encendido discurso.

El canciller de Ecuador, Fander Falconí, insistió en el llamado a que todos los países asuman una responsabilidad moral y ética con el planeta; y calificó a las naciones poco industrializadas "como los fumadores pasivos", al insistir en que son los países desarrollados los culpables históricos de la deuda climática que tenemos hoy con la Madre Tierra.

Por su parte, el presidente boliviano, Evo Morales, quien también hizo uso de la palabra en el plenario de Copenhague, anunció que está en marcha un referendo popular, que ha sido propuesto a nivel planetario, para saber si los ciudadanos del mundo apoyarán o rechazarán las propuestas para salvar a la Pachamama.

Varias veces ovacionado, Evo, afirmó que si los gobiernos de naciones ricas se negaban a realizar este tipo de referendo, los pueblos representados en las organizaciones y manifestaciones danesas habían dado ya, con sus acciones de protesta, la primera aprobación a esa iniciativa
Tal como se planteó en reuniones anteriores el cambio climático se convierte en el más serio y urgente problema que enfrenta la humanidad. Pero el egoísmo y el interés de los países desarrollados en preservar un orden económico injusto e inequitativo, impiden emprender el cambio que reclaman las generaciones presentes y futuras.

Mientras se desarrollaba la Conferencia del fracaso, se iban sumando las voces en las calles de los jóvenes que saben que el futuro les pertenece, que denunciaron con fuerza las maniobras de los países desarrollados Tal como decía la declaración del ALBA “El pueblo debe seguir vigilante. Hoy más que nunca, ante las lamentables maniobras que se han practicado en Copenhague, por mezquinos intereses económicos, reiteramos que ¡no hay que cambiar el clima, hay que cambiar el sistema!".

Desde CA conscientes del riesgo a que está sometido el planeta Tierra, continuamos sumándolos a esas voces de denuncia y apoyándolas.

[1] Noemí Olivera
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