martes, 8 de marzo de 2011

Día Internacional de la Mujer [1]




Deseamos recordar que el 8 de marzo fue establecido por las Naciones Unidas en el año 1975, lo incorpora como un hito importante en las luchas de las mujeres para conseguir la igualdad de derechos, la participación plena en la sociedad.

Su origen se remonta al 8 de marzo de 1857 cuando se produjo la primera huelga de trabajadoras de la industria textil y del vestido en la ciudad de Nueva York. Similar acontecimiento fue cuando las obreras textiles de la fábrica Colton en NY, en el año 1908, iniciaron una huelga y tomaron el establecimiento, pidiendo igualdad de salario entre hombres y mujeres, descanso dominical y reducción de la jornada laboral. Las huelguistas fueron encerradas y el edificio incendiado. Murieron quemadas 129 mujeres. A partir de estos hechos es que en 1910, en el Congreso Internacional de la Segunda Internacional de Copenhague, propuso el 8 de marzo como "Día Internacional de la Mujer". Idea que surge de la revolucionaria alemana Clara Zetkin, que integraría, años después, el grupo revolucionario alemán "Espartaco", junto a Rosa Luxemburgo.

En nuestra América Latina, desde los tiempos de la conquista española, mujeres de las más diversas procedencias fueron figuras preponderantes de nuestra historia política y social, muchas veces olvidadas o intencionalmente ninguneadas. Podemos recordar de la larga lista a: MICAELA BASTIDAS PUYUQAWUA Generala, organizadora, conductora de las luchas emancipadoras, Esposa de José Gabriel Condorcanqui Tupac Amaru, ajusticiada en la plaza Mayor o Waqaypata (plaza del lamento) a manos del invasor español. BARTOLINA SISA que con su esposo Julián Túpac Catari batallaron contra el ejército realista. Ella fue jefa de batallones indígenas donde demostró gran responsabilidad y capacidad de organización, logrando armar un batallón de guerrilleros indígenas y también grupos de mujeres colaboradoras de la resistencia a los españoles en los diferentes pueblos del alto Perú. JUANA AZURDUY es la máxima heroína de la Independencia Americana y su vida un verdadero ejemplo de la entrega a la revolución y a la lucha por la libertad de sus semejantes. Luchó junto a su esposo el héroe José Padilla.

La norma de organización familiar en el siglo XIX en el continente americano y en el Río de La Plata, fueron las heredadas de la tradición hispana y monárquica adoptando como leyes las resoluciones del Concilio de Trento, normas canónicas que fueron convalidadas luego por el nuevo Código Civil de 1869 de Dalmacio Vélez Sarsfield . En éste código se imponían restricciones a los derechos civiles de la mujer

Es sabido que desde fines del siglo XIX la Argentina experimenta una vertiginosa modernización en todos los órdenes de la vida social. Tales cambios fueron acompañados con la modificación en la relación entre la Iglesia y el Estado y entre la Iglesia y la sociedad civil, que culmina con la transferencia al Estado de una serie de actividades que siempre habían estado a cargo de la Iglesia: la educación; el registro de los nacimientos, casamientos y defunciones.
Se sancionaron entonces las llamadas ‘leyes laicas’: la Ley 1.420 de Educación Común; la Ley 1.565 de Registro Civil; la Ley 2.393 de Matrimonio Civil.

Fueron muchas las mujeres que lucharon y convergieron su camino en favor de la mejoras sociales. Este grupo se destacan Cecilia Grierson, Julieta Lentieri, Elvira Rawson de Dellepiane, primeras médicas argentina, Alicia Moreau de Justo, médica y destacada política, fundadora del partido Socialista, Gabriela Laperrière de Coni, intelectual, escritora, que encabezó la dirección de la corriente "sindicalista revolucionaria". Carolina Muzilli fundadora del periódico "Tribuna Femenina".

Todas ellas y otras mas organizaron e integraron el Primer Congreso Femenino Internacional, realizado en 1910 dentro del marco de celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, donde se propusieron cambios en el Código Civil con la igualdad de la patria potestad entre el padre y la madre, la libre administración de los bienes por parte de la mujer, y el mantenimiento de todos los derechos individuales de la mujer aun después del matrimonio, igualdad civil para hijos legítimos e ilegítimos, licencia remunerada durante el embarazo y el amamantamiento, abolición de la pena de muerte.

Debieron pasar muchos años para que los anhelos de las mujeres del Primer Congreso Femenino se logre, ante la oposición de los grupos conservadores que no aceptaban el avance de la sociedad civil que el proceso histórico sugería. Aunque en la clandestinidad había grupos que continuaban la lucha por las reivindicaciones como la Unión de Mujeres Argentinas (UMA).

Con el advenimiento de Juan Domingo Perón a la Presidencia (1946) y debido al liderazgo indiscutido de Eva Perón, “Evita” en su lucha constante por la emancipación de la mujer trabajadora se logró derecho al voto para las mujeres argentinas.

Esta democracia fue interrumpida a partir de 1955 con periodos dictatoriales y cortos períodos democráticos. Con la cruenta dictadura cívico militar de 1976, fueron muchas las mujeres victimas (asesinadas y desaparecidas) pero, a pesar de esto, no pudieron acallarlas y en 1977, las madres de muchas de las victimas de la represión inician una lucha que se prolonga hasta la actualidad en la búsqueda de sus hijos y nietos. Las Madres de la Plaza de Mayo, son un símbolo de la oposición a la dictadura a las se sumarian las Abuelas de la Plaza de Mayo, todas en la búsqueda de Verdad y Justicia.

Desde el retorno a la democracia se han multiplicado iniciativas a nivel gubernamental nacional y provincial, destinadas a formular políticas para el mejoramiento de la condición femenina-.
Desde el año 2007, gobierna Cristina Fernández de Kirchner primera mujer que llega por elecciones del pueblo a la primera magistratura. Gobierno que debe enfrentar la presencia de poderosos intereses neoliberales monopólicos que pretenden volver la mirada al centenario y a un modelo rentístico financiero, desestabilizando la política orientada a lo nacional y popular y a la unión latinoamericana, a través de un golpe ya no militar sino a través de los grandes monopolios.

Aún así, y con una oposición devenida en pro monopolios, se siguen generando leyes con perspectiva de género garantizando derechos en lo educativo, social, sexual, trabajo y maternales tal como lo expresa el último anuncio en la apertura de la Asamblea Legislativa del corriente año, por el cual se extiende la Asignación Universal por hijo a las embarazadas a partir del tercer mes de gestación.

Con un Estado que recupera su rol de regulador de las diferencias y los derechos de los más desprotegidos y postergados es fundamental que desde los diferentes movimientos trabajar en procura de acentuar los cambios iniciados en el 2003 sin por ello desconocer los desafíos a enfrentar.


[1] Noemí S. Olivera