sábado, 13 de abril de 2013

LA DEVALUACIÓN ES POBREZA PARA LOS SECTORES DE MENORES INGRESOS [1]

            Muchos nostálgicos aún hoy agitan irresponsablemente los fantasmas de la hiperinflación del gobierno de Isabel Perón, que allanó, finalmente, el camino para el golpe de Estado genocida del 1976 o la del final del gobierno de Alfonsín, que permitió el advenimiento del Menemato.-Por eso a través de cuanto medio encuentran a su alcance, en especial los de la corporación mediática -siempre dispuesta a reportear a mediocres contadores devenidos a “sesudos” economistas o a diputados o senadores de la oposición (que no van al Congreso donde deben expresarse o no dicen nada) piden a gritos DEVALUACIÓN.-

                        Dicen que eso mejorará la ‘competitividad’ de nuestros productos en los mercados internacionales y que ya hemos perdido por esa causa más del 30% de nuestras exportaciones (la verdad que no se sabe de dónde sacan el dato ¡¡!!) y que a corto plazo perderemos otro tanto y nos quedaremos sin reservas. Todo un verdadero dislate, para ocultar que el único fin de la devaluación es que, a la corporación granera - sojera –no a los pequeños productores- de ese modo, le entrarían fondos en pesos equivalentes a un 80% más del que hoy reciben al dólar oficial, exprimiendo al resto de los sectores de la economía y generando de tal modo una inflación fantástica que les dará rédito electoral y/o  argumentos para intentar un golpe institucional (tipo Paraguay, etc.) para volver al capitalismo salvaje y exterminador, disciplinando a la sociedad para poder reimplantar el modelo neoliberal, de libre mercado y del sálvese quien pueda, saqueando los fondos de la reserva en divisas con los que hoy cuenta el Banco Central.- O sea, en síntesis, el logro de varios de sus perversos objetivos de una sola vez.-

                        Lo que no dicen y ocultan –claro está- es que la devaluación es sinónimo de extrema pobreza (en el más amplio sentido del término) para los  sectores sociales más desprotegidos, léase, los de menores ingresos y/o los de ingresos fijos.-   

                        El reaseguro es que las condiciones políticas y económicas en la actualidad son totalmente distintas a las de aquel entonces. El dólar “blue” ilegal pertenece a un  mercado especulativo que manejan grandes grupos económicos y mediáticos –en un reducidísimo mercado o burbuja de transacciones como moneda extranjera, que operan entre ellos mismos- que con su difusión pretenden hacer creer al resto, que ése es el valor real de la moneda estadounidense y así instalar la duda, el terror económico, el desabastecimiento, la inmovilidad económica ya que nadie quiere perder operando en el mercado con un dólar a valor oficial, es decir operan impactando sobre las expectativas de futuro de todos los argentinos.

                        Esos “gurúes” que deambulan de un Canal de televisión a otro ‘sembrando’ su mensaje de terror económico, diciendo que el Gobierno carece de Plan económico y que ellos lo tienen, indican del mismo, una sola medida con virtudes mágicas y esperanzadoras: ¡Hay que devaluar y todo se arregla!.- Como no tienen plan alguno, para sostener ese argumento, contradictoriamente, señalan que el dólar sube por el aumento al 20% de las retenciones a las compras con tarjeta de crédito en el exterior y su extensión a las compras de paquetes de viajes y pasajes; lo que no dicen que se trata de una medida correcta –que no afecta a la mayoría de los argentinos- y que permite administrar las divisas y además, fomenta la regularización impositiva. Debe tenerse en cuenta que en 2012 salieron 7300 millones de dólares por turismo, la cantidad de argentinos que viajó al exterior se incrementó en un 13%, mientras que en febrero de 2013 los saldos de préstamos por tarjetas de crédito en dólares duplicaron a los de diciembre de 2012. La suba provocada del dólar ilegal se usa para intentar poner en jaque la consistencia de la política económica actual y la solidez del Gobierno y de los recursos económicos de la Nación. Es decir, no hay razón para que existan disrupciones sobre el mercado cambiario, sólo hay especuladores, con intenciones aviesas que no expresan, pero son muy claras y definidas.- 

                        Esas fortalezas son:-Las reservas internaciones que aún se sostienen en un buen nivel (41 mil millones de U$S) que permiten afrontar el requerimiento de divisas de la economía; el superávit de balanza comercial con menos obligaciones de deuda externa que en años anteriores; las  expectativas de una buena cosecha; un sistema financiero sólido donde cada día los depósitos y préstamos en dólares tienen menor relevancia sistémica (sólo participan del 9 y el 7% del total, respectivamente).-

                        Entendemos que el rumbo de la política económica que impulsa este gobierno es correcta a nivel macroeconómico, aunque se debe reconocer que hay sectores que tienen situaciones particulares de tensiones con la competitividad de sus productos en materia de exportaciones y ello requiere de medidas de sintonía fina más ajustadas a un mercado internacional muy deteriorado que busca también retener sus divisas y es más selectivo en sus compras; para ello deben instrumentarse subsidios y programas específicos. Una depreciación de nuestra moneda brusca y repentina  le generaría un negocio fenomenal a los exportadores de oleaginosas y granos (quienes no necesitan devaluación alguna por el altísimo precio internacional que tienen esos productos) y al mismo tiempo provocaría un deterioro significativo en los salarios reales y aumentos de costos en insumos importados indispensables, entre ellos los productos energéticos.

                        Para expresar más claramente este panorama cabe remitirse a lo expuesto por Carlos Heller en Tiempo Argentino en una nota del 24/03/2013 cuando señala que “Una descripción de las presiones sobre el mercado de cambios fue dada por Javier González Fraga, quien expresó que las grandes empresas tienen fondos en pesos esperando a convertirlos a dólares por un monto de entre 7000 a 10 mil millones de dólares; estos se derivan de dividendos, pago de préstamos al exterior y regalías, un importe que da clara idea de las altas ganancias que están obteniendo las multinacionales. También expresa que las casas matrices están presionando para que los conviertan rápidamente en divisas, comprando títulos valores en dólares en la Argentina, girándolos al exterior, para luego venderlos y transferir las divisas obtenidas a sus matrices. Esta operatoria es conocida como "contado con liqui" y las presiones comentadas por González Fraga suben los precios de los bonos, estableciendo un dólar implícito cada vez más alto, que influye sobre el valor del dólar ilegal. Estas presiones muestran también la decisión de querer llevarse la totalidad de las utilidades que tan generosamente Argentina les permite ganar, en vez de invertirlas en el país. Si bien son transacciones legales y son fruto de su negocio, entramos en una discusión muy de fondo: si los negocios tienen un límite que es el interés social, o prima la reivindicación de los muy grandes empresarios reunidos en la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que defienden la intangibilidad de las ganancias empresarias. En el mismo sentido ha intervenido el ex presidente del Banco Central Martín Redrado, quien en una columna firmada para La Nación (22/03/13) deja claro que la presidenta "no está dispuesta a reabrir la posibilidad de compra para fines de ahorro y ni que hablar de la posibilidad de distribuir los dividendos que emanan de las ganancias empresarias" dando aprobación implícita a la intangibilidad de las ganancias de las multinacionales.

En las críticas hay un claro predominio de ideas neoliberales, que se expresa también en las declaraciones de Miguel Ángel Broda, quien definió a las últimas medidas como el "Plan Nada" (IProfesional.com 22/03/13), para luego entrar en aparente contradicción al criticar el predominio ideológico de la estrategia de más Estado, más intervención, más proteccionismo. Siguiendo su razonamiento, debería haberlo definido como el "Plan Nada de Medidas Neoliberales".

Las críticas se orientan a la falta de aplicación de medidas de libre mercado, que benefician a los grandes capitales. Después de mucho esfuerzo y de pasar por situaciones dramáticas, la Argentina salió de la dinámica del libre mercado y hoy la situación es distinta, hay políticas públicas y una revalorización del rol del Estado. Siguiendo este camino, ante estas maniobras especulativas hay que responder con más regulaciones, y no con más mercado”

Compartimos totalmente esta idea final, y agregamos que para poder sostenerla se necesita el compromiso de todos los argentinos.-

[1] Ricardo CHELI