PROFUNDIZAR EL MODELO [1]
Desde el discurso de la Presidente en la apertura de las sesiones legislativas del 1 de marzo pasado hay una nueva etapa del proceso que comenzó hace casi ocho años, se trata –a nuestro criterio- de una transformación profunda e intuitiva que vale la pena prestarle atención. Las claves que aparecieron más nítidas en su discurso del viernes 11 en Huracán, frente a un juventud entusiasta y nuevamente encantada con la política, que le pedía reelección.- Allí el centro del discurso, analizado con perspectiva histórica, indica que la próxima etapa de la política nacional estará marcada por la institucionalización del movimiento nacional y popular que sólo se producirá a través de la hegemonía cultural y valorativa utilizando el fantástico instrumento que es “la política”.- Recordemos el concepto de política que explicábamos en un programa anterior: “el arte de hacer posible lo necesario”, lo que el pueblo necesita y que lo haga feliz.
En ese camino, la Presidenta ha cambiado de paradigma en la forma de relacionarse con la sociedad y con la oposición, como si el dolor de la pérdida del líder (no sólo de su esposo) la hubiera hecho madurar y concentrarse sobre lo sustantivo respecto de la política, pero también en un sentido más amplio, en su filosofía humanista dejando la barricada para sus colaboradores. Cristina Fernández se ha colocado en otro lugar, un espacio en el cual no parecen desestabilizarla las campañas periodísticas, los ataques de la oposición, la maledicencia. Parece haber renunciado a cierto estilo confrontativo –que llegó a su cúspide durante la pelea con los representantes de la Mesa de Enlace en 2008– y se ha colocado en un lugar de sobria argumentación para responder los agravios, que en algunos casos son, francamente, incomprensiblemente impiadosos, pero fundamentalmente inconsistentes porque nunca alcanzan a mellar su figura y por el contrario se vuelven como un bumerang contra sus opositores.
La respuesta de Cristina es siempre la misma, aplicar lo mejor de la doctrina justicialista que al respecto en el lenguaje de Perón se resume en: “mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar”:-Hacer nuevas obras, nuevas realizaciones en materia cultural, educativa, de salud, de seguridad social, medidas laborales (vgr. estatuto para trabajadoras en domicilio particulares , mal llamadas “empleadas domésticas” – Ley de la dictadura de Aramburu y Rojas-, etc, etc.) de acuerdos internacionales, pago de la deuda externa, ley de medios, de prensa, nacionalizaciones de servicios públicos y de empresas públicas y así podríamos enumerar más de 200 medidas trascendentes, en los últimos 8 años.-
Me pregunto: Los dueños de diarios y revistas y algunos políticos de la oposición, aún aquellos que se autodenominan peronistas y nunca cumplieron con la doctrina justicialista, (sólo la nombraban en los discursos) y velozmente se disfrazan de kirchneristas ¿Tendrían la hombría de soportar las tapas canallescas que ellos mismos escriben o promueven contra Cristina?
Más allá de la decisión personal de la Presidenta respecto a una eventual reelección –de la cual no estoy habilitado para hablar porque no la conozco, pero la considero indispensable -, creo que la clase política opositora recurre al agravio porque no tiene nada que mostrar ni propuesta superadora alguna. Más aún muestran una verdadera parálisis frente a la vorágine de realizaciones del Gobierno nacional. Se están convenciendo que en esta etapa política el que arremete pierde porque el pueblo se está politizando y ya no compra mentiras, operativos de prensa, augurios de catástrofes (y no me refiero al cataclismo de Japón, sin a que no habría trigo-pan, nos quedaríamos sin carne, sin leche, sin electricidad, sin gas, sin nafta, etc. etc.).
Percibo en la sociedad –me refiero al vecino de a pie, al jubilado, al quiosquero, al pequeño comerciante de barrio- una relativa calma, incluso en aquellos que no adhieren al peronismo, pues notan que el país con el kirchnerismo crece estructuralmente más allá de lo mucho que falta todavía y de algún grado de inflación (algunos se olvidaron que en Julio de 1999 cuando Alfonsín transfirió apresuradamente el gobierno a Menem la inflación de ese mes superó el 200 %, sí el 200%).- El vecino advierte que el vaso de las mejoras derrama, pero no para el mismo lado como antes, y que él también recibe parte de la distribución del ingreso.- Entonces demanda más, es decir participa políticamente aunque no esté en un Partido político –y eso es muy bueno, muy justo y, además, necesario-, ya que permitirá profundizar el modelo.-
¿Qué significa “profundización del modelo nacional y popular”?. En un programa anterior mencionamos que este camino consta de dos aspectos diferentes: “el cuantitativo y el cualitativo”. El primero está relacionado con la mejora de la distribución de la riqueza, el achicamiento de la brecha y la desigualdad social, la transferencia de recursos de un sector a otro de la producción –del campo a la industria o del sistema financiero a la tecnología de punta–, la baja de los índices de desocupación, una mejora en los ingresos de los trabajadores (hoy hay paritarias), en el acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, etcétera.- El segundo está relacionado con aspectos que tienen que ver con cuestiones filosóficas e ideológicas, como el rol del Estado, los límites de la intervención en la economía, las formas de la hegemonía del frente nacional y popular, la circulación del poder de decisión y especialmente con el Proyecto de país para los próximas 2 o 3 décadas.- En síntesis: que el “modelo” pueda parir proyectos sustentables de crecimiento con justicia social.-
Eso es lo que la Presidente reclama permanentemente en sus discursos cuando pide que la ayuden a profundizar la batalla cultural y establecer un pacto que en términos valorativos, históricos, culturales, educativos, económicos y mediáticos, permita encontrar un equilibrio duradero entre los distintos sectores productivos, y, claro, llevar adelante un Proyecto estratégico que permita erradicar de una vez por todas la infraestructura de la pobreza y la indigencia en la Argentina.- Está claro que eso no es tarea de un Gobierno, sino también de los sucesivos, por ello todos los que militamos en la línea nacional y popular y los que día a día se van sumando debemos estar alertas para que no se cambie el rumbo y vuelvan los que con falsas promesas y vendiéndonos espejitos de colores durante décadas destriparon la Argentina.-
Por eso vuelvo al principio, la presidenta explicitó el viernes pasado en Huracán: que la profundización se hace no sólo con afán transformador sino fundamentalmente con un espíritu institucionalizador, de sostener lo bueno logrado y de proyectar el futuro. No me refiero al discurso “institucionalista” vacío, de aquellos que quieren perpetuar la nada, o sea organismos vacíos de contenido, muertos políticamente, sino que la profundización del modelo se producirá institucionalizando la necesidad de la profundización, valga la redundancia, y eso sólo lo logra la pasión militante en la política y el afán superador de la juventud con perfeccionamiento individual y compromiso social. ([2]).-
[1] Dr. Ricardo Víctor CHELI
[2] La institucionalización requiere de un aumento de la racionalización burocrática, política y administrativa, y de un creciente profesionalismo político por parte de los militantes y los cuadros políticos que lleven adelante el proceso de profundización y transformación. Es por eso que el famoso trasvasamiento generacional exige a los jóvenes que ocupen espacios políticos, estudio, auto-perfeccionamiento y una concepción política e ideológica capaz de revisar las tradiciones culturales que atraviesan nuestra historia. El movimiento nacional y popular se consolidará no sólo en términos electorales, sino fundamentalmente históricos-hegemónicos, si tiene la posibilidad de lograr una estructura de cuadros y militantes que sean mejores que el resto.
"la Presidenta ..." compañero
ResponderEliminarNO "la Presidente" con onda eh... :-)
Leer también: La etapa superior del kirchnerismo
ResponderEliminarPor Hernán Brienza
http://tiempo.elargentino.com/notas/etapa-superior-del-kirchnerismo