jueves, 2 de mayo de 2013

1° DE MAYO



Gracias a los 5 millones de puestos de trabajo creados, son muchos los trabajadores que hoy pueden festejar su día.

Comisión de Comunicaciones

martes, 30 de abril de 2013

MODELOS DE REPRESENTACIÓN POLÍTICA [1]

Hace semanas en los primeros días de marzo hubo situaciones trágicas, inundaciones, con pérdidas humanas y materiales, tanto en la Ciudad Autónoma como en La Plata. Dos lugares de suma importancia política, económica y territorial.

A pesar de que aún persiste y persistirá por mucho tiempo el dolor de la tragedia, es a partir de las reacciones de nuestros representes ante estas y otras situaciones que hemos vivido, que surge la necesidad de analizar aspectos de los modelos de representación política.

Estos se configuran como un proceso de conexión entre gobernados y gobernantes, entre sociedad y poder.  

Se plantea que existen dos tipos de representaciones políticas en las sociedades contemporáneas: la representación liberal- individualista y la representación social-orgánica.

Ines Pousadela, Lic. en Ciencias Políticas de la UBA, en su libro “Que se vayan todos”, habla de dos procesos diferentes en las representaciones políticas, pero ambos tiene en común el cambio y son la  “crisis de representación” y de la “metamorfosis de la representación política”.

 La crisis de representación está asociada a la ruptura, cambios sorpresivos, algo abrupto y repentino.

Mientras que la metamorfosis de representación es un proceso natural de evolución, lo nuevo surge a partir de lo viejo. Llevando a cambios en las formas de la constitución de identidades políticas, las relaciones entre los líderes y partidos con la ciudadanía.

En el caso de la política, se considera lo viejo a la “democracia de partidos” y lo nuevo “la democracia de lo público o de audiencia”.

El politólogo francés Bernard Manin plantea este transito como cambios que se fueron dando en la sociedad, que se proyectan en lo político. Pero a pesar de las modificaciones se mantienen presentes los principios de la representación:

-           la elección,

-           la autonomía de los representantes,

-           la libertad de opinión pública

-           y la deliberación 

Lo viejo, la democracia de partidos, surge a fines del siglo XIX con la aparición de los primeros partidos de masas. La Unión, que luego sería la Unión Cívica Radical, con L.N. Alem e Hipólito Irigoyen, el Partido Socialista, recordemos que A. Palacios fue elegido primer diputado socialista por la Boca, los conservadores.

A partir de esta etapa de fines del siglo IXX y comienzos del XX, hasta la actualidad se fueron dando transformaciones que a grandes rasgos son:

(i) el debilitamiento de las organizaciones partidarias,

(ii) el surgimiento de canales alternativos de participación, como las redes  sociales. Los consejos comunales, es decir formas de participación política cuyo formato es diferente a la de los partidos políticos, pero cuyas acciones influyen en dar a conocer necesidades de la sociedad.

(iii) La explosión de los medios masivos de comunicación que convergieron en el cambio de funciones y modalidades organizativas de los partidos. Estos posibilitan a que los candidatos se den a conocer sin depender de la mediación de la militancia, a través de la imagen y a veces con apelaciones vagas, que se prestan a diferentes interpretaciones.

Recordemos cuando Menem comentaba: “si decía lo que iba hacer (las políticas neoliberales impuestas por el consenso de Washington”) no me iban a votar.

Los medios de comunicación influyen no sólo en la opinión pública, sino también sobre la fijación de la agenda, los temas sobre los que se debe pensar, y a veces omitiendo u ocultando los temas sobre los que no se debe pensar.

El sociólogo francés Pierre Bourdieu plantaba que:

 La noticia es transformada en entretenimiento y la información en espectáculo, transformado el homo sapiens en homo videns, sujeto que ve imágenes, estímulos concretos y rápidos, pero no da la posibilidad de pensar ideas abstractas.

Algo que se ha ido incluyendo como otro cambio.

 Desde hace unos años son las encuestas de opinión. Con respecto a  estas hay posturas disímiles, por un lado quienes están a favor, indican que la ciudadanía puede opinar sobre temas políticamente relevantes, otros manifiestan que es un instrumento de manipulación, sobre todo en las encuestas preelectorales (recordemos las utilizadas por asesores de Macri para desacreditar la candidatura de Daniel  Filmus).

También es una forma de acceder a muchos ciudadanos, que en el pasado se materializaba a través de las manifestaciones políticas, o en la vida interna de los partidos políticos.

Hay que tener en cuenta que en 1983, con el inicio de este periodo democrático, con la asunción de Raúl Alfonsín a la presidencia, se dieron las últimas elecciones de la democracia de partidos, donde la campaña política se hizo con movilizaciones multitudinarias, salíamos de un período de dictadura, se presentaban a elecciones dos grandes partidos de masas el Justicialista y el Radical.

Las grandes movilizaciones fueron transformándose durante las campañas electorales posteriores, en caravanas o caminatas por localidades.

Ahora la comunicación política y los nuevos actores -encuestadores, consultores, periodistas- se disputan la autoridad de hablar en nombre del pueblo y entran en competencia con los políticos y partidos.

Este proceso de metamorfosis de representación política, se alterna con períodos de crisis, una de ellas fue la grave crisis general de diciembre de 2001, con la caída de un gobierno, el de Fernando de la Rua y posteriormente 5 presidentes en un periodo corto que llevó a una gran des-credibilidad de lo político, y la participación popular, materializada a través de los cacerolazos, las asambleas barriales, el movimiento de piqueteros.

Pero, en la actualidad, el país vive un resurgimiento de la vida política y al mismo tiempo, convive con un importante nivel de desestructuración de los partidos, quedando de lo viejo, la representación liberal-individualista y volviendo a la representación social-orgánica.

Esto es parte de los procesos que atraviesa no sólo Argentina sino también la Patria Grande.
 
 [1] Noemí S. Olivera