lunes, 7 de mayo de 2012

Proyecto de reforma a la Carta Orgánica del Banco Central versus Proyecto de ley de Servicios Financieros o la necesidad de ambos. Sus aristas.-

La Presidenta de la Nación en su discurso de apertura de Sesiones del Congreso de la Nación, además de un amplio detalle del Estado de la Nación y de las líneas de gobierno adoptadas, comunicó la presentación al Congreso de un proyecto de Ley de Reforma de la ley de la Carta Orgánica del Banco Central y de la ley de Convertibilidad.


Señaló que “hay que ponerle definitivamente un fin a la convertibilidad, un BCRA que no esté reducido únicamente a preservar la estabilidad monetaria, sino que esté también preservando la estabilidad fiscal, la producción, lo que necesita la economía” y agregó:-“Debemos saber que el Banco Central debe estar en función de la economía real”. En este marco, expresó: “no creo que sea necesario reformar la ley de entidades financieras. Creo que lo que hay que reformar es la Carta del Banco Central que es la que regula y controla a las entidades financieras, porque si no se hace un ruido que muchas veces parece más ruido y creo que son pocas nueces”.-

Esto último obviamente generó en muchos argentinos -al menos en mi- algún grado de preocupación dado que, no sólo en estos dos años últimos se ha trabajado en distintas Comisiones del Congreso los cuatro Proyectos que impulsaban una nueva Ley de Servicios Financieros (y la derogación de la Ley de Martínez de Hoz vigente), sino que se había creado conciencia y se habían ‘levantado’ más de 1 millón de firmas apoyando la reforma de la ley, sin perjuicio del apoyo muchísimas de organizaciones sociales y legislaturas provinciales y municipales que adhirieron.

Desconozco el contenido de este proyecto al que se refirió la Presidenta, pero el anterior (el Heller, al menos) contemplaba muchas de facultades para el Banco Central como la regulación y orientación del crédito, la protección de los derechos de los usuarios de servicios financieros y defensa de la competencia, regulación de tasas de interés, comisiones y cargos que cobran los bancos, etc.-,, aspectos algunos que, seguramente por razones de competencia, esta nueva Carta Orgánica habrá de tratar.-Por eso creo que debemos apoyar plenamente la sanción del proyecto elevado por el PEN sobre modificación de la Carta Orgánica y la Ley de convertibilidad, en tanto representa un gran avance respecto a la legislación actual.-

Pero este proyecto, por estar limitado a una Carta Orgánica, no creo que llegue satisfacer la totalidad de los cambios que se estiman (y yo así también lo creo) imprescindibles en materia financiera. Pues la orientación del crédito debe ser una obligación (emanada de la ley, como está en el Proyecto de Servicios Financieros en tratamiento hoy) y no una mera facultad del Banco Central prevista en su ley regulatoria.-

En los Proyectos hoy en tratamiento, hay dos puntos muy claros e imprescindibles que se deben plasmar en una ley. Uno, que el sistema financiero debe ser un “servicio público” (y no privado, con todas las connotaciones legales y funcionales que esto tiene) y, en segundo lugar, que el crédito debe orientarse preferentemente, a las pymes o a hipotecarios para vivienda.

Desde el lanzamiento de ese Proyecto, siempre sostuvimos su importancia trascendental, ya que el manejo del sistema financiero es una de las palancas para sostener el Modelo económico y social Nacional y Popular.- Y también tuvimos en claro que sería una ardua lucha posibilitar su aprobación ya que las poderosas entidades financieras (en especial la banca extranjera) pondrían todo tipo de palos en la rueda, pues el sistema Financiero y sus instrumentos de aplicación, los Bancos, se resistirían al cambio.-

Esto quedó palmariamente demostrado con los titulares de los diarios de hoy cuando señalan con todo desparpajo “Cristina frenó los cambios a la Lye de entidades financieras y los mercados celebraron” –El Cronista comercial- (ayer el MERVAL fue ‘pum’ para arriba y no sólo por el avance de las acciones de YPF); otro, Ámbito Financiero, lo calificó como “Buena señal: Advirtió a sus aliados que no es necesario reformar Ley de Entidades Financieras”.- Clarito, ¿no?.-

Por su parte desde España también hicieron lobby llamando por TE. a la Presidenta (¿Quizá el BBV???).- ¿Será ese el ‘ruido’ al que refería en su mensaje?

No es menos cierto y no se nos escapa que el Gobierno, evaluando que tiene varios frentes de conflicto internos y externo abiertos, no desea excitarlos aún más, por lo que se supone que este ‘cambio’ ha de ser una estrategia –si es sólo eso- que puede ser válida en esta coyuntura, pero el árbol no nos debe tapar el bosque.-

El tema está instalado y es necesario discutirlo, aunque tengo la convicción que no todos los Compañeros de C.A. de La Pampa, lo hayan entendido así, cuando en el Plenario del 17 de mayo de 2010 (SiPren) lo presentamos bajo estas aristas.- (Ver http://cartaabiertadelapampa.blogspot.com).- Hoy esta realidad nos está ‘rascando’ la espalda y considero que debemos tomar una posición, obviamente, previo análisis del tema, que permita un amplio conocimiento, discusión y debate (no conformarla a libro cerrado), que haga estériles los embates (que reitero serán muy fuertes) del sistema financiero, tal como se hizo con la Ley de medios (Servicios audiovisuales).-

La derogación de las leyes heredadas de la dictadura y del menemismo, entre ellas la Ley de Entidades Financieras que fue elaborada por la dictadura y es funcional al sistema de valorización financiera en desmedro de la producción, es una condición necesaria para consolidar el Modelo instalado después de las elecciones, como Proyecto Nacional y Popular de los argentinos, plasmándolo en ese plexo normativo al que se refirió la Presidenta, en el que también deberán estar una nueva regulación de la Ley de Inversiones extranjeras, de estabilidad fiscal y la definición de los propios contratos de explotación de los recursos naturales.

Nuestra tarea de ‘carteros’ ha sido apoyar al gobierno en todos los cambios positivos que ha implementado, bregando por la profundización del modelo iniciado en 2003 por Néstor Kirchner y continuado por Cristina, por eso el alerta y la necesidad del debate.


* Ricardo V. CHELI