16 de noviembre de 2009 [1]
La intención de la Carta Abierta del día de hoy es compartir algunos aspectos de la personalidad de uno de los grandes gremialistas de Argentina: Agustín Tosco “El gringo”
Nació en el sur de Córdoba en el año 1930. Cursó la escuela secundaria como internado a una escuela de Artes y Oficios Presidente Roca.
Comentaba. Allí se discutía mucho y ese diálogo permanente me incitaba a profundizar la lectura. Siempre me gustó leer. De adolescente solía preferir a José Ingenieros; aunque positivista, enseñaba cosas. Ya se perfilaba su carisma de líder, en el cierre del ciclo escolar en su carácter de presidente del centro de alumnos y realiza una dura crítica al funcionamiento de la escuela, negándose incluso a recibir el diploma de parte del director entre las ovaciones de sus compañeros.
El poeta y escritor Juan Gelman dice de Agustín Tosco que luchó por la emancipación y la dignidad de la clase trabajadora y fue consecuente hasta el fin. Heredó de sus mayores un cielo límpido y una promesa de patria justa y soberana, y jugó la partida de la construcción nacional denunciando a los infiltrados del doble discurso y a los de siempre: capataces, burócratas y providenciales. No desclasó su condición de hombre honesto y simple y en la alianza de trabajadores y estudiantes apostó a encontrar la conciencia revolucionaria que transformaría la realidad.
El Gringo como lo llamaban definirá dos tipos de sindicalismo, nudo esencial de un pensamiento que marcará las diferencias y contradicciones entre los dirigentes obreros, los que utilizan a la clase obrera para sus intereses particulares y los que son auténticos representantes. Por esto, la premisa de Tosco, su pensamiento sobre el Sindicalismo de Liberación se asienta sobre tres banderas: la de unidad y lucha, la de justicia social, soberanía política y liberación nacional.
Ya en la clandestinidad y enfermo, cuidado por compañeros que lo honraban escribe la siguiente carta a su hijo que deseo compartir:
Córdoba, 23 de junio de 1975
Para Héctor Agustín Tosco. "Queridísimo hijo: Tengo una gran emoción al escribirte. Hoy cumples once años de edad y yo te siento todo un hombrecito. Hubiera querido estar contigo, conversar mucho, que me contaras tantas cosas, y yo contarte otras. Ahora se me hace un nudo en la garganta y casi no sé que decirte. Como lo sabes, aun cuando no lo comprendas totalmente, no puedo ir a verte. Todos correríamos serios riesgos y yo no quiero que no les pase nada a ninguno, ni a vos, ni a Malvina, ni a mamá. Tampoco se creyó conveniente que te viera en otro lugar más seguro. Por eso he quedado muy triste. Hubiera querido hacerte un regalo grande y hermoso, el que más te gustara. Como me han despedido del trabajo no cobro sueldo; como me persigue la policía y me ha amenazado las "Tres A", vivo de la solidaridad económica y del amparo de mis compañeros. Estoy ajustado a ciertas privaciones, pero no podía olvidarme de ti. He hecho comprar un juego de ajedrez y te lo envió como presente por tu cumpleaños. Este juego de ajedrez, si lo aprendes, te será muy útil, se dice que el ajedrez es un “juego-ciencia”, porque en la elaboración de las jugadas hay que pensar, prever las jugadas contrarias, darse un plan, readaptarse a situaciones no previstas, reencausar el proyecto original. Este juego entrena la memoria porque es preciso retener muchas jugadas, ayuda a ser paciente y a ser tenaz. No puede encontrar un librito de instrucciones elementales pero puedes encargarlo al tío Enrique y él seguramente te lo conseguirá. Yo creo que este juego puede entusiasmarte, pero si no lo es de inmediato, guárdalo, que más adelante te gustará. Si la suerte nos acompaña tal vez no pase mucho tiempo en que podamos entablar una partida, que así se llama jugar al ajedrez. En fin, espero que te guste, ese es mi deseo. También te envío unas golosinas para que las compartas con mamá y Malvina. Las golosinas siempre gustan ¿verdad?.Querido Héctor: siempre me recuerdo cariñosamente de vos, de Malvina y de mamá. Todas estas cosas que suceden son muy duras. Pero, hijo mío, la verdad y la justicia triunfarán para el bien de la clase trabajadora y del pueblo, que es por lo que luchamos todos. Queremos un futuro en paz y bienestar para todos los seres humanos.Ten la seguridad, que tarde o temprano lo lograremos. Querido hijo, te deseo muchas felicidades en tu cumpleaños. ¡Que los cumplas feliz!.
Hasta pronto. Muchos besos y abrazos. El papi (Agustín Tosco)"
Hasta pronto. Muchos besos y abrazos. El papi (Agustín Tosco)"
Agustín Tosco murió a los 45 años, el 5 de noviembre de 1975, Era un día que llovía intensamente, y también al paso del féretro llovían desde los balcones flores rojas, miles y miles de personas se iban sumando al cortejo .También había mucha policía, hombres del ejercito armados y apertrechados esperando la llegada del pueblo que lo acompañaba. Después del silencio inicial , habló una maestra, un estudiante y de golpe la represión, tiros, golpes violencia contra el pueblo.
No podía ser de otra manera, se estaba acompañando a Agustín Tosco ese hombre que sintetizó su pensamiento en las siguiente frase:
"Hago lo que hago porque quiero a la justicia. Si bien yo nací en una familia de pequeños propietarios y no he experimentado la injusticia que sufre tanta gente, tantos trabajadores, sé que no sólo lucha contra ella quien la padece, sino también quien la comprende. Claro que la represión la hemos sufrido nosotros también. Pero lo fundamental es que todos los que tenemos un concepto de justicia y equidad, debemos luchar para construir una nueva sociedad que permita al hombre salir de la enajenación a que lo conduce este sistema que afecta hasta el derecho de vivir. La mortalidad infantil, el analfabetismo, la deficiencia sanitaria, la falta de vivienda son parte de este sistema injusto."
Esta es la Carta Abierta del día de hoy, en memoria de Agustín Tosco obrero e intelectual
Agustín tosco frente a una movlización del sindicato de Luz y Fuerza
[1] Noemí Olivera -Psiquiatra