sábado, 6 de noviembre de 2010

Una pesadilla: el gabinete del Sr. Cobos

PáginaI12

Viernes, 15 de octubre de 2010I Hoy EL PAIS › OPINION

Una pesadilla:
el gabinete del Sr. Cobos

-> Por Mempo Giardinelli


De regreso de Frankfurt, en el vuelo, una pesadilla me dejó un horrible sabor de boca. Y si ahora debo compartirla con los lectores es porque ayer mismo la realidad me hizo pensar que podía suceder. Imagínense: ¿Qué sería de este país si por azares del destino el Sr. Julio Cleto Cobos deviniera presidente de la República?

No tiene sentido conjeturar razones para semejante advenimiento, siendo que toda especulación sería ofensiva e inoportuna. Porque tenemos una Presidenta en ejercicio, que conduce esta nación con todos los atributos de la Constitución y la democracia. Y gusten más o gusten menos su estilo y sus decisiones, su figura es incuestionable.

Sin embargo, en mi sueño, y no sé por qué extraña razón (esos enigmas son “naturales” en el mundo onírico), de pronto asumía la primera magistratura el Sr. Cobos, ruidosamente celebrado por no pocos cretinos, resentidos o confundidos, y por muchas almas inocentes pero con poco cerebro, de esas que en la Argentina siempre se quejan a destiempo, no saben de qué se quejan o se encolumnan detrás de oportunos quejosos profesionales.

Tras mucho dudar acerca de la conveniencia de escribir o no este texto de ciencia ficción política, aquí les cuento el escenario que vislumbré a diez mil metros de altura.

El actual vicepresidente asumía el cargo aplaudido por la horda de odiadores que pulula hoy en los medios hegemónicos. Sólo unos pocos desubicados recordábamos, inútilmente, que el hombre llegaba como producto del más grave error político del Sr. Néstor Kirchner, pero eso ya no tenía importancia. Lo que sí la tenía era que en el sueño el Sr. Cobos se rodeaba de los más competentes, lúcidos, éticos y patrióticos políticos de este país.

Su ministro del Interior era el señor Eduardo Duhalde y en Economía hacían cola para ser designados los señores López Murphy, Broda, Redrado e incluso el siempre disponible Sr. Domingo Cavallo. Todos ellos decididos a cancelar rápidamente y por decreto el 82 por ciento móvil. También, y con la misma velocidad, se restablecían las AFJP, se anulaban completa y absolutamente la ley de medios y la de Matrimonio Igualitario, y por supuesto se eliminaban todas las retenciones agropecuarias.

El crecimiento económico autónomo que la Argentina viene teniendo era detenido abruptamente gracias al asesoramiento del FMI, benemérita institución que nuevamente se constituía en monitora de nuestro destino. Concomitantemente se amputaba la inversión educativa, se reducían los salarios en un 13 por ciento y los maestros volvían a cobrar 300 pesos mensuales.
Obviamente se iba al demonio la política de Defensa que ha democratizado a las Fuerzas Armadas, y eso por decisión del nuevo ministro, no recuerdo si el inagotable Sr. Jaunarena o Rosendo Fraga. Lo seguro es que se terminaban las políticas de derechos humanos, y las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo comenzaban a ser vituperadas nuevamente, algunas perseguidas o encarceladas. La ex ESMA era puesta en manos de la señora Cecilia Pando y sus amigos, que preparaban la “restauración a sus mandos naturales”. Y como el Ministerio de Justicia quedaba a cargo de un jurista radical, se disponía la rápida suspensión de todos los juicios por la Verdad, y se amnistiaba a los dictadores Videla, Bussi y Menéndez por razones humanitarias.

La Memoria pasaba a ser una mala palabra, porque todos estaban “hartos” de ella, siguiendo los nuevos postulados del señor Lanata y otros ilustres comunicadores.

El gabinete del Sr. Cobos se completaba con gente inmediatamente aprobada por los diarios La Nación y Clarín, y ocupaban sus puestos la Sra. Beatriz Sarlo en la Secretaría de Cultura de la Nación y Abel Posse en Educación o en Relaciones Exteriores (eso faltaba definirlo porque también eran candidatas a esos puestos las señoras Elisa Carrió y Patricia Bullrich). El voto definidor lo iba a tener el cardenal Bergoglio.

El Ministerio de Agricultura era disputado por los señores Biolcatti, Llambías, Buzzi y el refinado dirigente entrerriano señor De Angelis. En otros puestos Cobos designaba a gente de ética acrisolada como los señores Duhalde, Macri y De Narváez, todos asesorados por el Sr. Luis Barrionuevo. Y el Canal 7 acababa su prédica disolvente con el arribo de Nelson Castro a la dirección, secundado en el directorio por inobjetables demócratas como Mariano Grondona, Mirtha Legrand, Susana Giménez, Eduardo Van der Koy y Joaquín Morales Solá.

Claro que de inmediato en alguna plaza se manifestaban los señores D’Elía, Pérsico y Hebe de Bonafini, pero los piquetes que organizaban eran brutalmente reprimidos, mientras dirigentes sociales como Pino Solanas o Víctor de Gennaro balbuceaban tardías autocríticas. En cuanto a la izquierda y el troskismo, inexorablemente se subdividían en ortodoxos y traidores.

¿Exagero? Ojalá. ¿Que este texto es apocaliptico? Sí, pero tanto como la realidad argentina sabe y puede serlo.

Desperté horrorizado. No soy amigo de la Presidenta, pero si la veo le voy a rogar que viaje menos. Que se cuide más. Que vele por su salud. Y que prevea formas de preservación del rumbo que hoy tiene la Argentina. Porque sin dejar de reconocer las muchas desprolijidades y acciones reprochables de su gobierno –que tanto me fastidia a veces y al que a muchos como yo nos resulta tan difícil defender– hay un rumbo diferente en estos años, una esperanza que esta maldita pesadilla vino a empañar. Porque si acaso la República pasara a ser gobernada por un muerto político como el vicepresidente, de flaca dignidad y viscosa ideología, a mí me corre un frío por la espalda de sólo imaginarlo.

domingo, 31 de octubre de 2010

MENSAJE DE UN JOVEN POLÍTICO Y UNA OBLIGACIÓN CIUDADANA [1]


[1] Este mensaje pertenece a Martín Gianella de La Cámpora, en la parte final se ha incluido un comentario de Ricardo Cheli de Carta Abierta La Pampa

Hemos perdido a un luchador popular miserablemente traicionado." ¿Pero traicionado no fue Güemes y sus milicias en el norte? ¿Traicionado no fue San Martín por la oligarquía portuaria que lo pretendía a él y a su Ejército de Los Andes para combatir a los caudillos federales? ¿Traicionado no fue Artigas para luego ser desterrado al Paraguay? ¿Traicionado no fue Rosas para ser históricamente sepultado en un subsuelo que demoró casi un siglo en volver a sublevarse? ¿Traicionado no fue el General Perón el 16 de septiembre de 1955 por una Armada con municiones suministradas por la flota británica? La traición es parte natural y muchas veces imprevisible de nuestra historia y en lugar de ella deberíamos ocuparnos en lo que realmente importa para seguir transformando a la Argentina, en nosotros…. Juntos comprendimos que el “conflicto del campo” no era el conflicto del “campo” sino el gran dilema que los argentinos debemos resolver y que tiene por opuestos a dos modelos económicos y culturales dicotómicos que en 200 años no ha encontrado una superación dialéctica a favor de los intereses populares. “Diálogo” y “Consenso” nos dicen los liberales. ¿Puede consensuarse el cínico sabor del champagne de la desgracia con las inmensas columnas de convicción humana que hace dos días marchan para llorar a El Hombre que No Estuvo Solo y que No Esperó? ¿Y acaso queremos seguir dialogando con el Fin de la Historia si nuestra pretensión es Refundarla? No compañeros, no murió Néstor Kirchner. Lo que ha perecido son los 90 pero su cadáver está tibio. Enterrar el neoliberalismo es nuestra función histórica. Desde el año 2003 el filo del sable que San Martín le legara a Rosas se mostró incólume. Corta, y corta profundo. En 7 años ese sable ha desentrañado a la antipatria desandando paciente pero intensamente la colonización pedagógica que nos ha convertido en objetos de mercado en lugar de sujetos colectivos que se realizan en comunidad. Esta historia tiene un protagonista que formó parte de una generación que quiso tomar el cielo por asalto y fue embaucada por el infierno más sombrío. Militante por antonomasia, se recuperó y construyó el poder necesario para llevar adelante -en gran parte- las transformaciones sociales que el pueblo anhelaba. Es la historia de un protagonista que como El Facundo aún sigue de pie para finalizar la revolución nacional inconclusa. Pero esta narración histórica también nos tiene como protagonistas a nosotros, que somos él, convertidos en cientos, miles, millones como Evita quería. Con nuestras identidades y nuevos significantes vamos construyendo la continuación de una historia que nos apasiona hasta lo más íntimo de nuestras entrañas. Yo no se si ustedes, pero entre lágrimas he logrado sonreír cuando me enteré que las acciones en Wall Street, luego del hecho que nos conmovió a los argentinos y como causa de éste, “fueron a la alza” el miércoles 27 de octubre de 2010. Fue casi una señal socarrona desde el cielo: “Ahí está muchachos, el enemigo no duda ni un minuto en avanzar. No duden ustedes tampoco”. Nosotros luchamos por esta patria. Ellos por su capital. (Martín Gianella. La Cámpora).

No compañeros, es verdad, Néstor Kirchner no murió, sólo cerró sus ojos porque antes ya había abierto los de la mayoría de los argentinos y entre ellos, los de millones de jóvenes que con él entendieron a la política como sentido ético y épico de la historia, y volvieron habitarla.- Por eso, porque fue el constructor de su propia legitimidad, porque lo hizo mientras ocupaba el espacio central (todos, oficialistas y opositores, se referenciaban en él) su legado es el de un líder y también el del estadista que necesitaba América, pero aquél sentido de la política, que enamora a tantos, es hoy el del conductor que llevó de la mano a Cristina, su gran compañera, al lugar que sabía no podía dejar vacío para consolidar el cambio.-
Apoyar a nuestra Presidenta es una obligación ciudadana y moral de todos los que estamos en el movimiento nacional y popular.- ¡¡¡Hasta la victoria siempre!!!

Ricardo CHELI (Carta Abierta de La Pampa)