2 de junio de 2010Haciendo respetuosa observancia de las indicaciones de Elisa Carrió en el sentido de que "Quien pretende apoderarse de las fiestas es castigado por los dioses", intentaremos interpretar ese impresionante espectáculo que fue el festejo del bicentenario.
Otro paisaje social se empieza a mostrar a la vista del observador, durante mucho tiempo insistimos en las distintas maneras de ubicarse frente a esta realidad y lamentábamos el avance realizado por el pensamiento neoliberal en sectores muy amplios de los “consumidores bobos” que creó con su cultura de baratijas propalada por los medios.
Sin embargo, hace un tiempo decía, en estos mismos programas, que hay ruidos de FORJA. Utilizando la frase de don Hipólito, para referirse a los ruidos que en la base se sentían, decía él que “Todo taller de forja parece un mundo que se derrumba”.
Y en base a estos ruidos nos planteábamos si no iba siendo tiempo “de volver a poner las patas en la fuente.” Haciendo referencia a aquel 17 de octubre en que el pueblo puso las cosas en claro.
De alguna manera estos festejos populares, para quien quiera observarlos un poquito mas allá de las pantallas partidas de TN que mezclaron todo, intentando desdibujar el claro contenido de reivindicar a un pueblo haciendo su historia, muestran la gradual desaparición de esa forma consumista de ver a la humanidad como un negocio. Esta confusión entre vida y farándula.
No es que el fantasma neoliberal haya desaparecido, el solo hecho de ver en los diarios la foto de la mesa de enlace y Duhalde, o las editoriales de los multimedios, lo demuestra, solo que la impresionante expresión de energía social puesta de manifiesto en estos festejos, a algunos nos llena de optimismo, y a otros los espanta.
Los espanta porque ven que hay cosas que ya no tienen marcha atrás, por el contrario.
Por ejemplo, les espanta el proyecto presentado para convertir en ley el decreto que estableció la Asignación por hijo. Los espanta la gente en la calle, constituyéndose como pueblo, como sujeto social protagonista del cambio.
Ese último desfile fue una hermosa lección de historia, de la que participaron millones de argentinos, que reivindicó a la participación del pueblo en nuestras gestas y su sentido,
tan lejos de aquellas conmemoraciones donde se homenajeaba a genocidas y sus sirvientes,desfilando en carruajes militares.Frente al “achicar el estado es agrandar la nación” de los liberales, la reconstrucción del país desbastado y de la igualdad social, surgen como ideas que van creciendo en las conciencias mayoritarias de los argentinos.
En definitiva, estos Ruidos de Forja, muestran que algo muy importante se está moviendo en la profundidad, que está reconstruyendo, a pesar de la persistente mala onda de los medios, su tejido social y cultural.
Y es éste aspecto el que tratarán de, al menos interferir, hoy, Morales Solá en La nación desnuda la táctica que emplearán. Dice: “La política siempre se sitúa al borde del fracaso cuando lo que parece predominar es la violencia y la arbitrariedad. Desde la agresión que recibió ayer el dirigente agropecuario Alfredo De Angeli (y las amenazas personales denunciadas por el líder de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi) hasta la humillación judicial de los jóvenes Noble Herrera, todo indica que los conflictos públicos se deslizan hacia primitivas y brutales resoluciones.
El gobierno de los Kirchner ha cultivado ese clima político en el que una eventual tragedia está siempre a la vuelta de la esquina.”
Hace poco tiempo había presagiado un muerto, ahora habla de tragedia a la vuelta de la esquina.
¡¡Son tan obvios!! Anulada la posibilidad de obligar al gobierno a hacer el ajuste o irse, aún con el grupo A frenando en el congreso y ante la caída del muro del neoliberalismo, intentan mostrar una realidad que no existe mas que en sus profecías,
pero la realidad es más terca e insiste en mostrarse tal cual es, el neoliberalismo, dejando el tendal en el mundo entero, está en retirada y estos reaccionarios intentarán todo para evitar la caída.