DECLARACION DE CARTA ABIERTA LA PAMPA-ABRIL/MAYO 2012
LA ARGENTINA AVANZA HACIA CAMBIOS ESTRUCTURALES.-
LA PAMPA LOS NECESITA.-
En un mundo donde la crisis se profundiza, el estado argentino aparece con una solidez importante apoyado por un pueblo, nuevamente, cohesionado socialmente luego de 40 años de destrucción neoliberal.
Este avance logrado en estos últimos 10 años de gobierno popular deja a la vista la existencia de monopolios y oligopolios que aún controlan las cadenas de valor en los sectores productivos y de comercialización y que mantienen una estrecha relación con los sectores económicos dominantes al interior del país. Estos sectores mantienen una parte importante de su capacidad para determinar los precios internos y controlar las divisas que entran y salen del país, presionando al alza de la inflación y a la corrida bancaria, provocando, con ello, las consecuentes luchas sociales para no ceder porciones de bienestar, de por sí, todavía insuficientes.
Claramente las medidas adoptadas por el gobierno nacional en estos últimos meses muestran una decisión firme para controlar a estos sectores que ponen en riesgo la sostenibilidad de los avances económicos logrados.
El espejismo del discurso único, en el que se encuentran atrapadas importantes economías del mundo, tiene sus voceros locales que directa o indirectamente en los ámbitos nacionales y provinciales, con un pretendido resguardo, proponen enfriar la economía para generar saldos de divisas de libre disponibilidad y poder así concurrir al salvataje de los países a los que reportan históricamente.
El pensamiento liberal-conservador, que siempre ha sido predominante en los sectores que ejercieron el poder en La Pampa, está ligado a las características particulares de un arquetipo de producción primaria fundada en el sector agropecuario y, por lo tanto, articulado con los intereses de esa clase hegemónica a la que casi sin solución de continuidad respondieron los distintos gobiernos y el diseño de los planes de los partidos políticos tradicionales.- Más aún, las organizaciones ruralistas y sus pares de comercio y la industria, sin perjuicio de promover acciones en la búsqueda sectorial de conseguir un mejor espacio de poder, se integraron a los cuerpos intermedios o a las distintas organizaciones sociales con el único fin de reforzar esa hegemonía, excluyendo -de tal modo-, el interés común y colectivo como meta.
Así se configuró en nuestra Provincia un aparente sistema democrático o democracia formal (llamada así porque el pueblo vota periódicamente en un sistema clientelar), donde confluyen los distintos poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) y los sectores económicos dominantes, consolidando un modelo institucional, donde el poder está aparentemente subordinado a una norma constitucional que cristaliza el pacto y donde el único ausente es el propio pueblo y sus intereses.-
Desde el advenimiento del kirchnerismo, su proyecto cultural, social y económico, ha revalorizado a la política como instrumento del pueblo para garantizar sus derechos y profundizar la transformación, recuperando su sentido y contenido, haciendo que importantes anhelos sociales se vean cumplidos y que las reformas, de ampliación de ciudadanía, producidas a favor de determinados conglomerados que históricamente habían sido oprimidos y postergados, logren que se sumen en la construcción de un modelo distinto al sostenido por una clase hegemónica minoritaria que dominó a su antojo la riqueza nacional.-
No obstante, es menester dejar en claro que aún no se han logrado rupturas estructurales, especialmente en el interior de nuestro país, donde un sistema cuasi feudal instalado históricamente, se resiste por todos los medios a su alcance, a aceptar los cambios de paradigmas. La aprehensión de esta realidad, es la que puede orientar los caminos de renovación que necesariamente se deben dar en nuestra Provincia. Sólo su adecuado análisis puede ayudar a los cambios cualitativos (revolucionarios o reformistas, según la mirada de cada sector) indispensables para hacerlos posible.-
Es decir que lo que se propone a la sociedad es un debate maduro y trascendente, sin retaceos de las críticas necesarias, para impedir las defecciones, anacronismos e inmediatismos que hagan retroceder a los sectores populares a lugares donde predominan los intereses del establishment.-
No se trata de una mera visión sectorial desde lo político partidario y únicamente limitada a aspectos económicos, sino que abarca la defensa de los recursos naturales de La Pampa, la promoción y defensa de la pequeña y mediana empresa, de las cooperativas y de la modificación inmediata de la Carta Orgánica del Banco de La Pampa; esto último, para que los ahorros de los pampeanos no se vayan fuera de la Provincia en pos de una especulación financiera que no le sirve al propio pueblo que los genera. En orden a las transformaciones que se proponen, la premura en esta reforma está dada por que sus capitales deben estar al servicio de un proyecto estratégico sobre la base de generar redes económicas y empresariales alternativas con el objeto de favorecer acciones comunes.-
Es decir, que la riqueza que se produce en nuestro suelo (sea de origen agropecuario, energética o industrial) esté alineada con un modelo económico social de crecimiento local que produzca puestos de trabajo genuinos, deje de engordar la burocracia estatal de empleados mal pagos, dando –de tal modo- por superada la larga postergación del desarrollo pampeano.- O sea, un modelo de desarrollo social y productivo que no ha sido explicitado por ningún sector y que debería ser propuesto al debate de la comunidad por el gobierno provincial para recuperar el tiempo perdido en estos años de ausencia de ideas y proyectos locales genuinos.
Está muy claro que la coyuntura histórica que se genera a nivel del Gobierno nacional hoy está ausente en nuestra Provincia y que su alineamiento con el Proyecto nacional y popular no se mide por un éxito electoral, sino, fundamentalmente, por la movilización social que viene reclamando por sus derechos y generando acciones para defender sus conquistas.-
Estamos persuadidos que es un proceso que demanda de los gobernantes, además de acciones concretas, una ética y conciencia consustanciada con el modelo, de otro modo no resultará posible cambiar la realidad determinada por la matriz liberal.- Para lograrlo, -se insiste-, debe haber unión y organización del pueblo y ausencia de traiciones, claudicaciones, titubeos o meros cálculos políticos o actitudes demagógicas.- No se cambia la realidad por el sólo hecho de sacarse fotos al lado de la Presidenta y/o declamando adhesión al kirschnerismo con el recurrente objeto de reducir la política transformadora a la mera conquista de espacios políticos vacíos.
En la Argentina de este tiempo, día a día se ganan pequeñas y grandes batallas culturales al modelo de exclusión que, en su franca retirada, solo le quedan armas mediáticas que también, diariamente, son puestas al descubierto. Todo ello, impacta positivamente en nuestra provincia poniendo luz e incorporando al imaginario colectivo aspectos centrales de una antinomia de cuya emergencia no se sale con actitudes neutrales o elusivas, por lo menos por parte de quienes somos actores políticos y sociales con responsabilidad. Si apelamos a una mirada política amplia, sincera y abarcativa de la realidad del país hoy, insistimos, estamos ante la presencia de una nueva gesta histórica que por su carácter popular y nacional entusiasma y convoca al compromiso protagónico.
Por lo expresado Carta Abierta-La Pampa, desde su lugar en el concierto de organizaciones enroladas en la defensa del modelo nacional, popular y latinoamericano pretende contribuir al proceso de cambio estructural y positivo haciendo un llamado amplio a la democratización de las decisiones en nuestra provincia convocando a la conformación de espacios de debates, entre ellos, los ya institucionalizados, en los que todos los estamentos y sectores políticos, sociales, culturales y económicos puedan explicitar sus expectativas, demandas y propuestas en pos de empalmar la realidad pampeana con la nacional y así encaminarnos a la transformación de la matriz sociopolítica que todavía impera en La Pampa.
Santa Rosa – La Pampa