domingo, 1 de agosto de 2010
Carta Abierta La Pampa
¿Qué hace que hombres torturen, violen, maten? [1]
Uno de los creadores del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), Luis FONDERBRIDER, se plantea hasta donde la sociedad está dispuesta a revisar la desaparición, tortura y muerte de personas y darse cuenta de que la gente que hizo esas atrocidades no venían de la Luna, eran argentinos como nosotros, productos de nuestra sociedad, y comentaba más adelante, “a los que quizás le guste el mismo vino que a mi o son hinchas de Boca como yo”. Es lo mas difícil de asumir.
En el camino de tanta crueldad es inevitable indagar en el pasado de los pueblos como en el caso de la Alemania nazi o la Italia fascista.
Y en este pasado mucha gente nos formulamos las mismas preguntas que se planteó el escritor Osvaldo Bayer sobre Alemania y que se traslada perfectamente a la Argentina ¿Cómo fue posible la aplicación de ese sistema de desaparición de personas? ¿Tuvimos militares del tamaño de Henrich Himmler? Y se responde sí, como el caso de Ramón Camps, y basta analizar las vejaciones y consecuencias de “La Noche de los Lápices” hechas a jóvenes adolescentes que luchaban por el boleto estudiantil, y que fue responsable este personaje.
Continúan las preguntas ¿quién y cómo lo formó en esa práctica siniestra? ¿Quienes fueron sus maestros? ¿Cómo llegó a general? ¿Por qué lo ascendieron? ¿Quién lo promovió? ¿Quién le dio el poder?, ¿Por qué consideran que lo que hicieron no es juzgable? ¿Por qué no tienen autocrítica?, tal como lo hemos escuchado de sus palabras en los juicios que se les está llevando adelante.
Y también se pregunta porqué nunca se juzgó ni siquiera se acusó a los miembros del gobierno legal de Isabel Martínez de Perón, que permitió la existencia de un escuadrón de la muerte como fue la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) en los años 74 y en los años 75.
Tal como el escritor italiano Lio Vittorini en su libro “¿Hombres o no?, dice ¿la ofensa en si misma esta fuera del hombre?, ¿Hitler no era un hombre?, y también quienes lo apoyaron?, por consiguiente podemos preguntarnos ¿Qué todo de esto no está también en el hombre? ¿El horror sería un subproducto genético? O deberíamos considerar todos estos elementos juntos?
Recientemente el gobierno de Estados Unidos hizo público los métodos de tortura que la CIA aplicaba a los prisioneros que capturaban en otros países y los trasladaban p j, a Guantánamo. El presidente, Barack Obama, premio Nóbel de la Paz, aclaró que no juzgaría a los funcionarios involucrados
Quedan las preguntas y las dudas. Algunas respuestas se pueden perfilar; en general estos personajes conciben al otro, no en calidad de persona, de igual a igual, sino en calidad de “cosa”, dejerarquizandolo, “cosificandolo”. Por consiguiente no valorizan el sufrimiento del otro, no se involucran afectivamente, se podría decir que su mente está despejada de lo afectivo Tienen códigos propios, que lo llevan a justificar sus acciones, sin la posibilidad de culpa. Por consiguiente tal como se ha dicho más arriba, pude ser un compañero de futbol, llevar a su hijo al colegio, pero también poseer otras actividades tales como satisfacerse con la tortura, la violación, la muerte.
La respuesta a las preguntas hechas sobre estos personajes debe surgir del hombre mismo, de aquel que se plantea criticas a su accionar y a través de estas críticas posibilidad de cambio. También de su deseo de democracia, de la búsqueda de nuevos canales de participación popular, de la defensa del orden republicano y de la condición humana.
[1] Noemí S. Olivera -Psiquiatra
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