El límite es el firme e irrenunciable rechazo a reprimir las protestas populares y las acciones que llevan a cabo los habitantes de nuestro país en defensa de sus necesidades, sobre todo los más pobres y desprotegidos. Sean oportunas esas acciones o no, imprudentes o no, estén o no estén fogoneadas por algún otro interés, nunca, de ningún modo, estará en la represión la respuesta, cueste lo que cueste y sea el que fuere el costo político a pagar. El “no” tajante a reprimir el derecho a la lucha y la demanda es un componente básico de la vasta transformación de la vida política que desde mayo de 2003 viene llevando a cabo el Estado, cuyo rumbo estamos decididos a sostener y llevar cada vez más adelante, aun cuando se impongan nuevos y graves obstáculos, previsibles en un contexto de enfrentamiento con un inescrupuloso bloque de poder e imprevisible en la magnitud y características de las maniobras u operaciones a las que los intereses afectados recurran en busca de frenar o torcer el rumbo. Porque es nuestra la bandera “Cristina 2011” reclamamos una acción real, sostenida y a fondo para que nunca más de aquí en adelante vuelva a ser quebrado ese principio en el territorio argentino, sea por fuerzas nacionales o provinciales, estatales o privadas, o provenientes de cualquiera de los estratos del poder político o de la sociedad.
Estos hechos, en los que vuelve a surgir el nombre del Ingenio Ledesma, rememoran la vinculación y colaboración del grupo económico de la familia Blaquier con la última dictadura militar y su política de violación sistemática y organizada de los Derechos Humanos. Queda evidenciada nuevamente la relación entre represión a movimientos populares y la preservación de privilegios cimentados en la violencia y el totalitarismo, lo que resalta la urgente necesidad de sostener y profundizar las políticas del gobierno nacional en defensa de los Derechos Humanos, la independencia respecto de los sectores de poder tradicionales y el renovado esfuerzo por mejorar las condiciones de vida de nuestro pueblo.
A la vez que un reclamo, este es un llamado a todas y cada una de las fuerzas democráticas, populares, progresistas, autonomistas y emancipadoras del país. Urge a estas fuerzas y a cada argentino preocupado por el destino nacional a tomar conciencia de las graves consecuencias que arrojan estos crudos acontecimientos sobre el futuro, en la medida en que tienden a hundirnos en el sórdido abismo de un retroceso profundo en lo más elementalmente humano de la vida social, y en su capacidad para horadar y degradar a un gobierno popular, que es atacado por sus realizaciones antes que por sus deficiencias, a las que urge analizar con renovados esfuerzos de imaginación política.-
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 29 de julio de 2011