lunes, 4 de enero de 2010

Mantenernos atentos

Luis Lazzaro

Las de estos días no son batallas comunes. A los avances en materia de democratización de la comunicación, se contraponen esfuerzos cada vez menos disimulados para crear un clima de caos y destitución del gobierno popular. Está claro de donde provienen estos intentos y como - a partir de una propaladora central con múltiples terminales - se fija la agenda de parlamentarios opositores, ruralistas y sectores de la justicia. El punto es que, con la ley de la democracia sancionada - en forma legítima -, con la declaración de inviabilidad de la fusión Cablevisión-Multicanal (origen del 60% de las utilidades del grupo) y la exigencia de desconcentración (aún con la 22.285) de buena parte del pool cablero, con el fin de la herramienta extorsiva del futbol codificado y exclusivo, con el cese de la extorsión monopólica de papel prensa sobre las PYMES gráficas de todo el país (en vías de concreción) y con la investigación de la identidad de los “chicos Noble”, se cierra un círculo que pone fin a décadas de chantaje y concentración.

Las dificultades y ruidos de estos días hay que medirlos, entonces, en proporción con la magnitud de los cambios que están en marcha. No debe llamar la atención, entonces que las reacciones sean desesperadas.

En el ámbito de la justicia, las medidas dictadas por jueces de Capital, Salta y Mendoza carecen de solidez jurídica para poder mantenerse en el tiempo. Son parte de una estrategia (que incluye otros juicios que irán apareciendo) destinada a ganar tiempo y desgastar. El objetivo de máxima sería lograr que mediante chicanas jurídicas se pueda demorar la implementación de la ley con todo lo que ella implica, tanto en términos de avanzar con la desmonopolización, como con la participación sectorial en los órganos de aplicación. Nuestro desafío es lograr que la ley se mantenga activa -si es posible aún durante la feria judicial- por lo menos a partir de comienzos del año entrante.

El primer caso (Carbone-Clarin) está apelado.

El segundo (Adelco-Salta) es de alcance provincial y es una medida que el juez concede en nombre de los ciudadanos. Razón por la cual, tanto el Estado como las organizaciones sociales, acusarán a esta decisión de lograr un efecto completamente contrario: no se puede sustraer el derecho a la libertad de expresión y a la información de toda la sociedad en nombre de los intereses de ciertos consumidores, lo cual además revela una perspectiva absolutamente mercantil de la comunicación. La jurisprudencia y los tratados internacionales avalan esta posición.

El más tortuoso es el de Mendoza, porque invoca cuestiones de procedimiento en el tratamiento y aprobación de la ley en Diputados. En nombre de esas supuestas irregularidades, que surgen de los discursos opositores, se comete la barbaridad de conculcar el ejercicio de una ley que consagra derechos para todos los ciudadanos y además se entromete en otro poder del Estado (el Legislativo) al desconocer un trámite que ha reunido todos los requisitos formales y políticos hasta su aprobación por amplias mayorías (147 - 3 en Diputados/ 44 -24 en Senadores). Semejante disparate jurídico solo se entiende por la connivencia del juzgado con los poderes mediáticos y económicos locales.

Tanto el Consejo Federal (en representación de las provincias y sectores que representan los intereses en juego) como la Coalición por una Radiodifusión Democrática (como expresión de la voluntad social y popular organizada para democratizar la comunicación) están atentos para jugar esa representación en el momento necesario, ante la justicia, ante la opinión pública y acompañando al gobierno en la defensa de estas conquistas. Como parte sustancial de estas construcciones, COPLA trabaja y acompaña en la preparación de las medidas que sean necesarias para fortalecer la estrategia del Estado nacional y retomar el camino de la movilización, en Mendoza y en todo el país, conforme lo requiere la situación.

Por tal motivo, compañeros, que tengamos un buen fin de año con felicidad y con la actitud de militancia que caracteriza a todos para defender las conquistas históricas que nos dejó el 2009.

¡Feliz 2010!

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