domingo, 31 de octubre de 2010
MENSAJE DE UN JOVEN POLÍTICO Y UNA OBLIGACIÓN CIUDADANA [1]
[1] Este mensaje pertenece a Martín Gianella de La Cámpora, en la parte final se ha incluido un comentario de Ricardo Cheli de Carta Abierta La Pampa
“Hemos perdido a un luchador popular miserablemente traicionado." ¿Pero traicionado no fue Güemes y sus milicias en el norte? ¿Traicionado no fue San Martín por la oligarquía portuaria que lo pretendía a él y a su Ejército de Los Andes para combatir a los caudillos federales? ¿Traicionado no fue Artigas para luego ser desterrado al Paraguay? ¿Traicionado no fue Rosas para ser históricamente sepultado en un subsuelo que demoró casi un siglo en volver a sublevarse? ¿Traicionado no fue el General Perón el 16 de septiembre de 1955 por una Armada con municiones suministradas por la flota británica? La traición es parte natural y muchas veces imprevisible de nuestra historia y en lugar de ella deberíamos ocuparnos en lo que realmente importa para seguir transformando a la Argentina, en nosotros…. Juntos comprendimos que el “conflicto del campo” no era el conflicto del “campo” sino el gran dilema que los argentinos debemos resolver y que tiene por opuestos a dos modelos económicos y culturales dicotómicos que en 200 años no ha encontrado una superación dialéctica a favor de los intereses populares. “Diálogo” y “Consenso” nos dicen los liberales. ¿Puede consensuarse el cínico sabor del champagne de la desgracia con las inmensas columnas de convicción humana que hace dos días marchan para llorar a El Hombre que No Estuvo Solo y que No Esperó? ¿Y acaso queremos seguir dialogando con el Fin de la Historia si nuestra pretensión es Refundarla? No compañeros, no murió Néstor Kirchner. Lo que ha perecido son los 90 pero su cadáver está tibio. Enterrar el neoliberalismo es nuestra función histórica. Desde el año 2003 el filo del sable que San Martín le legara a Rosas se mostró incólume. Corta, y corta profundo. En 7 años ese sable ha desentrañado a la antipatria desandando paciente pero intensamente la colonización pedagógica que nos ha convertido en objetos de mercado en lugar de sujetos colectivos que se realizan en comunidad. Esta historia tiene un protagonista que formó parte de una generación que quiso tomar el cielo por asalto y fue embaucada por el infierno más sombrío. Militante por antonomasia, se recuperó y construyó el poder necesario para llevar adelante -en gran parte- las transformaciones sociales que el pueblo anhelaba. Es la historia de un protagonista que como El Facundo aún sigue de pie para finalizar la revolución nacional inconclusa. Pero esta narración histórica también nos tiene como protagonistas a nosotros, que somos él, convertidos en cientos, miles, millones como Evita quería. Con nuestras identidades y nuevos significantes vamos construyendo la continuación de una historia que nos apasiona hasta lo más íntimo de nuestras entrañas. Yo no se si ustedes, pero entre lágrimas he logrado sonreír cuando me enteré que las acciones en Wall Street, luego del hecho que nos conmovió a los argentinos y como causa de éste, “fueron a la alza” el miércoles 27 de octubre de 2010. Fue casi una señal socarrona desde el cielo: “Ahí está muchachos, el enemigo no duda ni un minuto en avanzar. No duden ustedes tampoco”. Nosotros luchamos por esta patria. Ellos por su capital. (Martín Gianella. La Cámpora).
No compañeros, es verdad, Néstor Kirchner no murió, sólo cerró sus ojos porque antes ya había abierto los de la mayoría de los argentinos y entre ellos, los de millones de jóvenes que con él entendieron a la política como sentido ético y épico de la historia, y volvieron habitarla.- Por eso, porque fue el constructor de su propia legitimidad, porque lo hizo mientras ocupaba el espacio central (todos, oficialistas y opositores, se referenciaban en él) su legado es el de un líder y también el del estadista que necesitaba América, pero aquél sentido de la política, que enamora a tantos, es hoy el del conductor que llevó de la mano a Cristina, su gran compañera, al lugar que sabía no podía dejar vacío para consolidar el cambio.-
Apoyar a nuestra Presidenta es una obligación ciudadana y moral de todos los que estamos en el movimiento nacional y popular.- ¡¡¡Hasta la victoria siempre!!!
Ricardo CHELI (Carta Abierta de La Pampa)
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