martes, 29 de diciembre de 2009

ASAMBLEA POR LOS DERECHOS DE LA INFANCIA

“El discurso de mano dura nos enfrenta pueblo contra pueblo y pone en riesgo a todos los pibes”.

Hoy nadie discute que en nuestro país y en nuestra provincia, el modelo neoliberal, después de años de políticas de ajuste, dejó como consecuencia la expulsión de miles de familias que los llevo a una pobreza extrema, la imposibilidad de acceder a trabajo y salud dignas.

Todo esto se construyo sobre las bases de un asistencialismo degradante que destruyó la cultura del trabajo, el sistema educativo, a la vez que estimuló un consumismo desenfrenado, donde el objetivo material de tener fue desplazando los valores de solidaridad, de agruparse, de respeto. Durante años se vulneraron los derechos básicos de una franja cada vez más amplia de nuestros vecinos. Sin estos derechos no es posible hablar de garantizar una seguridad integral
Hoy el problema nos golpea a todos. Ese emergente de excluidos donde niños y adolescentes hijos de varias generaciones de excluidos están en nuestra calles sin contención.

La PREVENCIÓN es concebida como un sistema de restitución y afirmación de los Derechos Humanos fundamentales: salud, educación, vivienda, trabajo y participación ciudadana, fortaleciendo la capacidad de crianza en las familias. El trabajo de prevención debe concentrarse en la "ruta crítica" que atraviesan los niños, adolescentes o jóvenes antes de manifestar conductas antisociales, la que se puede identificar por las ausencias, carencias y dificultades que se registran en los espacios donde crecen y se forman: las familias y las escuelas.

Es notorio entonces que el llamado problema de seguridad es un reclamo social de todo un pueblo. Pero ante esto vemos que existen en principio dos estrategias peligrosas malintencionadas y nocivas para enfrentar el problema:
Uno es el discurso represivo, que es pura retórica que busca tirarle miedo a la sociedad para instaurar políticas y proyectos autoritarios.

Y otro discurso se basa en tratar de no decir nada. Entonces, entre la mano dura y el quietismo del Gobierno que enfurece al pueblo, queremos salir al debate público con propuestas profundas y fundamentalmente a reflexionar sobre la necesidad de parar la mano a tanto.

La instalación de una situación de pánico en la sociedad no es casual, esta acompañada de un recrudecimiento intencional del discurso de mano dura. Este se propaga incesantemente desde los principales medios de comunicación nacional, como parte de construir una ideología que tiende a calificar a los sectores desprotegidos de la sociedad como delincuentes reales o potenciales o descartables y por lo tanto pueden ser ejecutados fríamente, es decir eliminarlos para que no perturben. Este discurso responde a los intereses de sectores de poder y retrógrados de nuestra sociedad, que pretenden instalar la idea del enemigo interno con el fin de generar un control social sobre la población.

Persiguen el objetivo de dividir a la sociedad y desarticular cualquier tipo de reclamo popular. Tiende a destruir la solidaridad, la confianza entre nosotros y agudizar la lucha del pobre contra el pobre. También tiende a criminalizar a los jóvenes pobres como algo siempre peligroso, en vez de pensar que ellos están en peligro hace tiempo por no tener asegurado ningún porvenir.
La disparidad existente entre los muy ricos y los muy empobrecidos, desafía los principios democráticos, el ejercicio igualitario de los derechos humanos y la seguridad ciudadana. La exclusión de las grandes mayorías afectadas por la pobreza disgrega a la comunidad, y se generan los reclamos de ghetización, separación y saneamiento social porque se asocia pobreza con delincuencia, droga, irracionalidad, e incapacidad.

Es preciso recuperar un mínimo de homogeneidad y cohesión social que nos permita identificarnos fraternalmente como semejantes, tener códigos compartidos y sentirnos partícipes de algo que es de todos.

El control del fenómeno delictivo del que todos somos víctimas y nadie desea, no será resuelto sino agravado con represalias en contra de la niñez y adolescencia desprotegida. Todos debemos comprometernos por un sistema más justo para reforzar las libertades, la democracia y la seguridad.

Creemos que es nuestro deber enfrentar con fuerza este discurso de mano dura, es una obligación para todos los ciudadanos que se pretenden auténticamente democráticos y para los periodistas concientes que creen que su obligación es servir a la comunidad.

El estado de encrispación social, al que nos pretenden llevar nos conduce por un mal camino. Tenemos que parar la mano y reflexionar profundamente sobre las causas de la inseguridad y su verdadera solución.

Una comunidad democrática no puede convivir y aceptar un estado que ponga su aparato policial al servicio de una política de minorías y menos tolerar acciones ilegales por parte de las fuerzas de seguridad que deberían estar destinadas a garantizar la vida de todos los individuos de la comunidad.

Sostenemos que la comunidad toda debe ser protagonista de los espacios públicos involucrándose en cada uno de sus problemas y siendo el motor de la reinserción social, como indican varias experiencias barriales.

En la cadena de responsabilidades es el estado quien debe llevar adelante las principales políticas, proyectos y tareas de prevención necesarias. Un estado que siga sin invertir de manera prioritaria sus recursos en la prevención, continuara siendo como hasta ahora el principal responsable de todo este clima de violencia que se genero desde los malos gobiernos hacia el pueblo.

MOVIMIENTO POP. PAM DE DDHH - CARTA ABIERTA - RED POR EL DERECHO A LA IDENTIDAD - MUJERES POR LA SOLIDARIDAD- ASAMBLEA DE DD HH - PROYECTO SUR- - FEDERACION JUVENIL COMUNISTA -PUEBLO UNIDO -UTELPA - AGUSTIN TOSCO - JUVENTUD DE LA CTA - LUZ Y FUERZA -LA CONSTUTUYENTE SOCIAL -ASAMBLEA PERMANENTE POR DERECHOS DE NiÑAS NIÑOS Y ADOLESCENTES ( PICO) - CTA PICO -FUENTEALBA-CONVERGENCIA DE LAS CULTURAS- PARTIDO HUMANISTA - COMUNIDAD por el desarrollo HUMANO -Desayunador de Villa Parque

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