En un año político como será este 2011, nadie debe detenerse en el camino ya recorrido en la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.- Esto significaría caer en el quietismo frente a otras preocupaciones o en el encerramiento dentro de una bola de cristal oscuro donde sólo se priorice la lucha de los partidos políticos por llegar al poder o mantenerse en el mismo, dejando de ver los avances en estos últimos siete años en tantas materias y en especial en el tema de la protección de los Derechos Humanos, entre ellos el de las víctimas y sus familias del terrorismo de Estado antes y con posterioridad a la instalación de la dictadura militar el 24 de marzo de 1976.- Seguramente que la sociedad, que en gran número se ha comprometido en esta lucha de tantos años, no lo perdonaría nunca, pues es precisamente la oportunidad distractiva que están esperando todos aquellos que estuvieron comprometidos con tales delitos para escapar a la mano de la Justicia.-
Memoria, verdad y justicia, han sido y son tres pilares indispensables para que una sociedad crezca, avance, se desarrolle. Y en este sentido el año 2010 fue sumamente auspicioso si tenemos en cuenta que a lo largo de sus 365 días fueron castigados la misma cantidad de genocidas y torturadores de la última dictadura, que en todos los años de vida democrática desde 1983 y, en La Pampa su correlato fue la condena el 16 de Noviembre de 2010 por el Tribunal Oral Federal, de nueve represores de la Subzona 14 (ocho ex policías y un ex militar) por haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar y que además requirió que sean investigados un grupo de médicos y policías retirados que presuntamente habría participado o conocido de tales tormentos.
En efecto 196 son los que han sido encontrados -en nuestro país-, culpables de haber cometido diversos crímenes (asesinatos, torturas, desapariciones, violaciones, apropiación de bebés, robos, etc.) que por su metodología y planificación constituyen un verdadero delito de genocidio, y de ese total 98 obtuvieron su condena a partir del año pasado.
Claro está que el desafío para este 2011 no es poco: hay que unificar causas para agilizar los juicios, porque más allá de este avance el número de condenados es mínimo al lado de quienes participaron en esa maquinaria organizada para el exterminio y el saqueo. Y en este sentido es esperanzador que en este año se profundice la investigación sobre aquellos que colaboraron con la dictadura, integraron el Poder Judicial, fueron funcionarios civiles del Proceso que por sus cargos debieron conocer directa o indirectamente tales delitos, o bien pactaron con los militares para beneficiarse económicamente.
Debe seguirse por este camino en el 2011 más allá de ser un año electoral, pues el árbol no nos debe tapar el bosque; sólo así podremos dar un nuevo paso en el proceso de recuperación de la Memoria, la Verdad y la Justicia para lograr la verdadera pacificación y unión nacional de la que, sabiamente, nos habla el Preámbulo de la Constitución Argentina.-
[1] Ricardo Cheli
Memoria, verdad y justicia, han sido y son tres pilares indispensables para que una sociedad crezca, avance, se desarrolle. Y en este sentido el año 2010 fue sumamente auspicioso si tenemos en cuenta que a lo largo de sus 365 días fueron castigados la misma cantidad de genocidas y torturadores de la última dictadura, que en todos los años de vida democrática desde 1983 y, en La Pampa su correlato fue la condena el 16 de Noviembre de 2010 por el Tribunal Oral Federal, de nueve represores de la Subzona 14 (ocho ex policías y un ex militar) por haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura militar y que además requirió que sean investigados un grupo de médicos y policías retirados que presuntamente habría participado o conocido de tales tormentos.
En efecto 196 son los que han sido encontrados -en nuestro país-, culpables de haber cometido diversos crímenes (asesinatos, torturas, desapariciones, violaciones, apropiación de bebés, robos, etc.) que por su metodología y planificación constituyen un verdadero delito de genocidio, y de ese total 98 obtuvieron su condena a partir del año pasado.
Claro está que el desafío para este 2011 no es poco: hay que unificar causas para agilizar los juicios, porque más allá de este avance el número de condenados es mínimo al lado de quienes participaron en esa maquinaria organizada para el exterminio y el saqueo. Y en este sentido es esperanzador que en este año se profundice la investigación sobre aquellos que colaboraron con la dictadura, integraron el Poder Judicial, fueron funcionarios civiles del Proceso que por sus cargos debieron conocer directa o indirectamente tales delitos, o bien pactaron con los militares para beneficiarse económicamente.
Debe seguirse por este camino en el 2011 más allá de ser un año electoral, pues el árbol no nos debe tapar el bosque; sólo así podremos dar un nuevo paso en el proceso de recuperación de la Memoria, la Verdad y la Justicia para lograr la verdadera pacificación y unión nacional de la que, sabiamente, nos habla el Preámbulo de la Constitución Argentina.-
[1] Ricardo Cheli
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