domingo, 10 de junio de 2012

Homenaje a los caídos el 9 de Junio de 1956 [1]

La noche del sábado 9 de junio de 1956, a nueve meses del derrocamiento del presidente constitucional Juan Domingo Perón por la autodenominada "Revolución Libertadora", un grupo de militares y civiles peronistas intentan recuperar el poder por las armas. Fue el llamado Movimiento de Recuperación Nacional, encabezado por los generales Juan José Valle y Raúl Tanco junto con el teniente coronel Oscar Lorenzo Cogorno y los dirigentes sindicales Andrés Framini y Armando Cabo. La rebelión cívico-militar tuvo sus focos aislados en Buenos Aires, La Plata y La Pampa, en Santa Rosa.

Cuando el día 9 de junio se produjo la revuelta, en las guarniciones esperaban a los complotados. El domingo 10 de junio, a menos de veinticuatro horas del levantamiento peronista y cuando ya no existen focos de resistencia, el gobierno encabezado por el general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas lanza el decreto Nº 10.364, que impone la ley marcial. La pena de muerte debía hacerse efectiva a partir de entonces. Sin embargo, se aplica retroactivamente a quienes se habían sublevado el sábado 9 de junio. En menos de 72 horas se efectúen 28 fusilamientos de militares y civiles en seis lugares distintos en la Penitenciaría de Capital Federal (Av Las Heras) Lanús, Campo de Mayo, la Escuela de Mecánica del Ejército y La Plata en el basural de José León Suárez. El general Valle al atardecer del 12 de junio decide entregarse para poner fin a la matanza y es fusilado.

Durante el alzamiento del 9 de junio de 1956 Santa Rosa fue tomada por un grupo cívico-militar. Quienes encabezaron el movimiento del 9 de junio en Santa Rosa fueron el capitán Phillippeaux, secundado por Don Aquiles Regazzoli y el Dr. Nores Martínez acompañados por un grupo de civiles.

Julio Troxler uno de los sobrevivientes de los fusilamientos de los basurales de José León Suárez, se interpretó a si mismo, en 1971, en la película de Jorge Cedrón, Operación Masacre. Escrita por Rodolfo Walsh en 1957 y talentosamente ampliada por Salvador Ferla en Mártires y Verdugos (1964), ambas realizadas en los difíciles tiempos de la proscripción del peronismo y sus defensores.

En marzo del año 2007 durante el gobierno de Néstor Kirchner, se colocó un busto del general Valle en la Escuela de Ingenieros de la fuerza. En su discurso, el general Bendini describe al teniente general Juan José Valle como “un profesional excepcional, exponente de un Ejército que constituía parte de un proyecto nacional, en el que la defensa era concebida de manera integral por un Estado comprometido con el desarrollo productivo y los derechos sociales. En ese modelo de país, el Ejército era un instrumento del Estado al servicio de su pueblo. Siguiendo la senda trazada por Mosconi, Baldrich y Savio, Juan José Valle desarrolló su vocación militar en el arma de Ingenieros; llegó a ocupar los cargos más importantes y accedió a las máximas jerarquías”. Mas adelante continúa: “este general de la Nación, que daría prueba de estar formado en el más puro cuño sanmartiniano, ante la ruptura del orden constitucional, decidió con coraje dar testimonio y asumir una responsabilidad frente a la historia.”

Como el injusto asesinato del coronel Manuel Dorrego en 1828, la muerte de Valle abrió paso a un período de violencia y desencuentros, en el que el odio cosechó más odio.

Hoy a 9 años de gobiernos nacionales, populares, democráticos y latinoamericanos como el de Néstor Kirchner y Cristina hay personeros de los monopolios que están nerviosos por el momento que a traviesa el país, el de una política de otro tipo que no sólo discurre por los pasillos del Estado sino también por los pasillos de la sociedad civil de la cual somos parte.

Como decía el periodista y escritor, Rodolfo Walsh: “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los Trabajadores no tengan Historia, no tengan Doctrina, no tengan Héroes y Mártires. Cada lucha debe empezar de nuevo separada de las luchas anteriores: La experiencia colectiva se pierde, las lecciones se olvidan. La Historia aparece así como propiedad privada cuyos dueños son los dueños de todas las otras cosas”.

Pero hoy la política se ha transformado en un instrumento que garantiza los derechos del pueblo, así como la profundización de la transformación. Por consiguiente es necesario tener memoria, recordar y tomar como ejemplo a aquellos que lucharon y dieron la vida para mantener y afianzar la democracia.

[1] Noemí S. Olivera

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