jueves, 23 de agosto de 2012

Comentario de Carta Abierta por Radio Nacional Santa Rosa [1]

Siempre hablamos de la importancia de la memoria y sobre todo de la importancia de la memoria histórica, que posibilita no solo el recuerdo sino sobre todo el análisis de los acontecimientos, ubicarlos en la época y reconocer las causas de los hechos y sus consecuencias. Nada de lo que sucede es casual, todo tiene un porqué.

El Ministro de Educación Alberto Sileoni, hace unos días en la Escuela Hipólito Vieytes cuando se colocó en el mástil de la bandera una placa con el nombre de 21 detenidos desaparecidos que pasaron por sus aulas, dijo "educar es un acto político" y recordó que durante la última dictadura cívico-militar los alumnos y los docentes desaparecidos eran borrados de los listados de asistencia "y sus nombres tachados por un trazo rojo en las planillas". "Una institución con amnesia del pasado no puede crecer. Este es un trabajo que no tiene pausa ni tiene fin y toda la sociedad debe trabajar por la memoria"

Entre los alumnos desaparecidos estaba el nombre de Felipe Vallese de quién mañana, 23 de agosto de 2012, se cumplen 50 años de su desaparición. Felipe Vallese, hasta su desaparición a los 22 años, fue obrero metalúrgico de la fábrica TEA (Transfilación y Esmaltación de Alambres) y delegado de la UOM, militante de la JP de los años de la resistencia. Estudiaba en la escuela nocturna Hipólito Vieytes, mientras de día trabaja.

En febrero de 1958, a pesar de ser un defensor de la causa de Perón, como varios otros compañeros, desobedece la orden de Perón de elegir a Arturo Frondizi para presidente y vota en blanco.

Ese año participa de las movilizaciones estudiantiles en favor de la enseñanza laica. En ese momento, siendo Frondizi ya presidente, se dio una de las luchas más importantes de la historia de la educación argentina, un momento muy particular de la larga tensión entre la Iglesia Católica y el Estado. La consigna era “Laica o Libre”, “Estatal o Privada” y Vallese termina expulsado del colegio.

También ese año va preso a la cárcel de Caseros, por organizar un paro. Vuelve a ser arrestado en enero de 1959, por respaldar la huelga del frigorífico Lisandro de la Torre, en el barrio de Mataderos. Todas estas acciones daban el perfil construido a través de una historia de lucha en pos del Otro y por la igualdad social.

El 23 de agosto de 1962 frente al 1776 de Canalejas, a las 23:30 un grupo policial se le echó encima, lo golpearon y pese a que se aferró con manos y uñas al árbol que está frente al número señalado, lo llevaron a la estanciera gris, que partió velozmente con las puertas abiertas...".

Hubo movilizaciones al grito de “Un grito que estremece / queremos a Vallese”. “Un grito que estremece / Vallese no aparece”. Y su cuerpo nunca apareció…

En agosto de 1965 los abogados Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, quienes contaron con la colaboración de Fernando Torres, asesor legal de la UOM, publican el libro “Felipe Vallese - Proceso al sistema”.

Los hilos de la historia se entrecruzan:

Quien dirigió el secuestro de Vallese fue Juan Fiorillo, jefe de la Brigada de Servicios Externos de la Unidad Regional San Martín. Estaba sindicado como integrante, a partir de 1974, del grupo de tareas de la ultraderechista Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), y después del golpe de 1976 como uno de los más estrechos colaboradores del por aquel entonces jefe de la policía provincial, el genocida y torturador Ramón Camps. Durante la dictadura, Fiorillo ostentó el cargo de director del Comando de Operaciones Tácticas (COT) y tuvo oficinas en la comisaría quinta de La Plata. En noviembre de 1976, Fiorillo participó en el operativo de cuatro horas en la casa del matrimonio Mariani-Teruggi, en La Plata, donde fueron asesinados Diana Teruggi y cuatro de sus compañeros de militancia. La menor Clara Anahí, de cinco meses, fue sustraída con vida de la casa e introducida al auto de Fiorillo, según la declaración de un ex policía que fue parte del procedimiento.

Rodolfo Ortega Peña fue asesinado por las tres A en la calle Esmeralda y Santa Fe a una cuadra de la comisaría de la zona.

Seguimos con el entrecruzamiento de los hilos de la historia: Eduardo Luis Duhalde junto con Ortega Peña, fueron abogados defensores de un grupo de jóvenes que hoy cumplirán 40 años desde su fusilamiento. En la madrugada del 22 de agosto de 1972 fueron fusilados 16 jóvenes miembros de distintas organizaciones armadas peronistas y de izquierda, presos en el penal de Rawson, capturados tras un intento de fuga. Los sucesos tuvieron lugar en la Base Aeronaval Almirante Zar, una dependencia de la Armada Argentina próxima a la ciudad de Trelew, provincia del Chubut,

Estos jóvenes se habían entregado, al no poder llegar al avión que partía para Chile

Los 19 detenidos fueron sorpresivamente despertados y sacados de sus celdas. Según testimonios de los tres únicos reclusos sobrevivientes, mientras estaban formados y obligados a mirar hacia el piso fueron ametrallados indefensos por una patrulla a cargo del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa y del teniente Roberto Bravo, falleciendo la mayoría en el acto, y algunos heridos fueron rematados con armas cortas en el piso. La misma noche del 22, el gobierno de facto del general Lanusse, sancionó la ley 19.797 que prohibía toda difusión de informaciones sobre organizaciones guerrilleras. En los días sucesivos, hubo manifestaciones en las principales ciudades de la Argentina, pero….

En el mes de mayo de este año un ex marino, Jorge Bautista, confesó cómo fueron los fusilamientos, recorriendo las instalaciones de la base, declarando ante los jueces: “En principio fueron 7 los que sobrevivieron al tiroteo. Pero cuatro fallecieron en la sala de enfermería de la base. Algunos de ellos desangrados.”

Había más cadáveres en la parte de adelante que en la de atrás del pasillo. Es que atrás era donde estaban los que lograron sobrevivir. Y ya habían sido retirados a la enfermería para ser atendidos. De todas maneras supe enseguida que cuatro de ellos habían muerto”, dijo Bautista.

Y dio otro dato que la querella y la fiscalía consideraron más que importante: dijo que no vio marcas de disparos en la parte del ingreso al pasillo. Esto confirma que no hubo un enfrentamiento.

Los jóvenes fusilados fueron:

• Alejandro Ulla

• Alfredo Kohon

• Ana María Villarreal de Santucho

• Carlos Alberto del Rey

• Carlos Astudillo

• Clarisa Lea Place

• Eduardo Capello

• Humberto Suárez

• Humberto Toschi

• José Ricardo Mena

• María Angélica Sabelli

• Mariano Pujadas

• Mario Emilio Delfino

• Miguel Ángel Polti

• Pedro Bonet

• Susana Lesgart

Heridos que lograron sobrevivir:

• Alberto Miguel Camps (Desaparecido luego en 1977)

• María Antonia Berger (Desaparecida en 1979)

• Ricardo René Haidar ( Desaparecido en 1982)

Mariano Moreno dijo:
"¿Creen que los hijos del país puedan volver a las cadenas?.
¿No conocen los enemigos que, aún cuando logren nuestro exterminio, nuestros hijos han de vengar la muerte de sus padres?"


"Un grito que estremece: Vallese no aparece" - J.J. Harb 1964
Cuadro en honor a Felipe Vallese 1962 (martir de la clase obrera)
El pueblo argentino ha sufrido masacres, asesinatos, ultrajes pero desde Carta Abierta queremos decir que todavía somos muchos los que tenemos EL ATREVIMIENTO de soñar y luchar por la justicia social.


[1] Noemí  S. Olivera

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