miércoles, 13 de mayo de 2009

Carta Abierta leída por LRA Radio Nacional (La Pampa) #3

7 de mayo de 2009 (1)

La CA de hoy está relacionada con un tema que invadió semanas pasadas todos los medios de comunicación, que es la violencia y sobre todo la de los jóvenes y su correlación con la delincuencia.

Antes de desarrollar el tema es necesario efectuar algunas aclaraciones:

* la violencia juvenil no es nueva, ni especialmente juvenil. Se trataría de un fenómeno mediático que difícilmente tendría sentido y entidad sin su difusión y amplificación en los medios.

* los jóvenes no son los únicos violentos, se puede decir que la violencia sería una expresión de la sociedad adulta.

Si bien se dice que los jóvenes de hoy son mas violentos que los de antaño, paro se puede decir que todo depende de la lectura que se haga del problema y como se difunda. No olvidemos que en la actualidad hay más posibilidad de conocer lo que sucede a través de la TV. Tal como dicen los informes el cincuenta por ciento de la población reciben las informaciones a través de la televisión

Hay mitos que son necesarios transformarlos: con frecuencia se asocia la violencia con la delincuencia y con el nivel social. Paraa afirmar no negar este declaraciones es importante tener en cuenta datos estadísticos que demuestran que la delincuencia juvenil es una característica de las sociedades que han alcanzado un cierto nivel de prosperidad y, según análisis autorizados, es más habitual en los países anglosajones y nórdicos que en los euro mediterráneos y en las naciones en vías de desarrollo.

Se puede concluir que en las sociedades menos desarrolladas la incidencia de la delincuencia juvenil es menor que en las comunidades más avanzadas en el plano económico.

Así mismo en las grandes ciudades latinoamericanas, la delincuencia juvenil está ligada a la obtención —delictiva— de bienes suntuarios de consumo y por lo general no practican la violencia, por la violencia misma sino como medio de obtener sus objetivos materiales.

Según el 5 Informe de Naciones Unidas (ONU) sobre Tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes (en los datos que se aportan se registran únicamente a homicidios, no las personas muertas por guerra)

RUSIA: 23,2 ; SUECIA: 11,9; FINLANDIA: 10,4; EE.UU.: 9.0; AUSTRALIA: 4,9;

ARGENTINA: 3,9.

De estos datos se puede determinar que la tasa de homicidios en Argentina es una de las más bajas del mundo y de acuerdo a este 5° informe de Naciones Unidas, en los EE.UU. la violencia es casi tres veces mayor.

En muchos casos hablar de violencia supone situaciones de alteración de la personalidad que se relaciona como el joven ha ido construyendo su personalidad, las frustraciones, los proceso de aprendizaje, la imitación de conductas, la construcción de su identidad social y asimismo el lugar que es ubicado por la sociedad.

Con esto se desea reafirmar que no es cuestión de un solo nivel social, se da entonos los niveles sociales. Tenemos ejemplos a diario tanto en la provincia de La pampa, como en el país, sucede que se difunde más aquellos casos en la que son afectadas las personas de la clase social alta.

Si recordamos en el año 2004 después de importantes movilizaciones donde se solicitaba modificaciones en la legislación, el Congreso aprobó las denominadas leyes Blumberg, donde se agravaban las penas, aunque a posteriori la justicia declaró la inconstitucionalidad en varios casos, y algunos de las penas solicitadas no fueron aprobados como la disminución de la edad de imputabilidad.

Legisladores, especialistas y funcionarios coincidieron que la apresurada sanción de aquel paquete tuvo una incidencia negativa no sólo en el equilibrio del Código Penal, ya demasiado remendado, según los entendidos en el tema, sino también en aspectos concretos como la vida carcelaria. Es necesario recordar la toma del penal de Coronda, donde hubo muertos heridos y personas quemadas. Tras los suceso el jefe del Servicio Penitenciario de Santa Fe, manifestó que “la ejecución penal modificada por la ley Blumberg distorsionó las condenas y los beneficios”.

A partir de otros casos sucedidos en los últimos tiempos, se inició, en la Comisión de Legislación Penal de la Cámara de Diputados de la Nación, el tratamiento. En las primeras reuniones se debatió un proyecto de ley de responsabilidad penal juvenil documento que elaboró el Departamento de Derecho Penal de la Universidad de Buenos Aires

En dicha reunión el ministro de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni planteó que hay que hacer una diferencia entre los adolescentes abandonados y los que cometen delitos, para que no se castigue con la privación de la libertad a menores inocentes.

Planteó que hay una "confusión mediática" entre lo que sería un régimen penal para menores, que daría derechos al imputado que actualmente no tiene, y la baja de edad de imputabilidad que tratan de imponer algunos sectores.

Ante estos planteos existen diferentes posturas; las hay que solicitan a gritos acelerar los proyectos para bajar la imputabilidad de menores y otras voces más silenciosas sostienen que existen otras soluciones para disminuir la delincuencia juvenil.

En estas voces son muchas las posturas que sostienen que no hay que criminalizar la pobreza, al decir que la delincuencia es debido a las carencias económicas

La Lic. en Trabajo Social. María Lidia Piotti, investigadora y docente de la Universidad Nacional de Córdoba; sostiene “poner en fuerte que son los jóvenes pobres marginales responsables de los delitos, deja afuera la peor de las agresiones que produce mucho más muerte, mucho más dolor humano, que son los delitos con guantes blancos”.

Otros especialistas en el tema consideran que primero hay que reconocer a los agentes económicos y sociales que provocan el estado de violencia social y el Estado debe obligatoriamente asumirlo así lo anticipa la Constitución Nacional desde su preámbulo –“promover el bienestar general-”.

Ante situaciones de violencia y delincuencia juvenil, hay políticos y medios de comunicación que hacen ver al adolescente como único causante de sus actos, pero quienes están trabajando en forma directa con la problemática de los menores y con el derecho de los mismos, sostienen que se esta es una problemática social.

Es el Estado a través de sus instituciones quienes deben aportar las posibilidades de re-socializar al adolescente que comete delitos, y a su vez controlar los institutos de menores, brindar a una contención adecuada. Es imprescindible que se tenga en cuenta el contexto y todo lo que lleva al joven a cometer delitos. Además, que esta situación se modifique mediante políticas gubernamentales que no sean una solución rápida y mediática al conflicto.

La licenciada Piotti señala: “lo que hay que cambiar es una cultura del adulto, el miedo no es el mejor indicador para resolver el problema, tampoco mayor represión al último eslabón de la problemática, que es el más débil”.

Es por eso que desde Carta Abierta La Pampa insistimos en la necesidad de una sociedad más justa, donde los ejes prioritarios deben ser; la justicia social a través de una justa distribución de la riqueza, la salud de la población y especialmente el acceso a la educación de todos niños, jóvenes y adultos que no la han adquirido.





(1) Noemí S. Olivera (Psiquiatra)



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