viernes, 22 de mayo de 2009

Carta Abierta leída por LRA Radio Nacional (La Pampa) #5

21 de mayo de 2009 (1)
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En estos días bajo los pliegues de la coyuntura electoral, las diferentes fuerzas de la producción y el trabajo, están tomando posición frente a la mayor crisis internacional de las últimas siete décadas.

El sector del trabajo, en el acto del 1ro de mayo que tuvo como escenario la Avenida 9 de Julio de la ciudad Autónoma de Buenos Aires, expresó de forma concisa y determinante el apoyo al rumbo encarado por el gobierno nacional en defensa del empleo y el salario, y las medidas que tienen en el Estado a su principal protagonista.

La unidad de mando es fundamental para actuar como país, cuando los parámetros conocidos en el mundo se derrumban.
Se derrumba en el mundo la industria automotriz norteamericana. Se derrumban las bolsas y los valores de las empresas. Se derrumba el dólar como moneda mundial de intercambio. Caen los precios internacionales de todos los productos. Pero principalmente son arrojados al desempleo millones de personas diariamente en Estados Unidos, en Europa y en los países con fuerte dependencia financiera de los centros de poder.
Dicho esto todo junto, asistimos a una catástrofe que durará años. No es una crisis financiera coyuntural. Nada de eso…..

Observamos también que en el sector empresarial, las reacciones son diversas. Algunos declaran la quiebra, como la papelera Massuh. Es raro, la industria del papel es una de las más redituables. Este señor, Massuh, fue titular de la Unión Industrial. En estos momentos se está investigando la maniobra que se inició hace años de vaciamiento de este conglomerado industrial y la posibilidad de que los 600 trabajadores se hagan cargo del último eslabón que aún queda operativo.
Otros empresarios están disconformes con la presencia del Estado como accionista en sus empresas, dado que a raíz de la estatización del sistema jubilatorio, son 40 las empresas que habían recibido inversiones de las antiguas AFJP. Algunas de estas empresas son Bancos, pero también está Somisa en la que Techint tiene el control y donde el economista del Plan Fénix, Aldo Ferrer, fue nombrado director en representación de las acciones del Estado.
En el caso de las automotrices y autopartistas, la situación es más dificultosa, y el Estado también está actuando en pos de la preservación de las fuentes de trabajo.

En este marco, alguien que esté en su sano juicio, puede pensar que la mejor solución es el Estado mínimo y el sálvese quien pueda del neoliberalismo?
Alguien que no sean los sectores rentistas sojeros que este año han vendido cifras record de su producto, puede confiar en que los “mercados” (que no son otros que los conglomerados empresarios multinacionales), pueden manejar la crisis?

En la filosofía neoliberal, el trabajador es una estadística de empleo, un signo de mayor o menor rentabilidad. El jubilado para ellos es una carga que como dijo Cavallo alguna vez “que los mantengan sus familiares”, degradando así su dignidad como persona…

En el neoliberalismo, lo social si no es rentable como negocio (como el negocio de la salud privada o la educación rentada con alumnos-clientes), decimos que para este pensamiento, lo social es un estorbo. Son un estorbo los pequeños y medianos productores, los puesteros a los que echan de campos negociados en la “city” de Buenos Aires, estorban los comerciantes que desaparecen por ser reemplazados por los grandes hipermercados y shoppings. Todos ellos existen en tanto clientes, consumidores.
No existe escala social en el neoliberalismo. Ese pensamiento hoy está encarnado en propuestas de flexibilización laboral, de ajuste, en bajar impuestos y retenciones a los más favorecidos, en la supuesta “libertad” de los mercados.
Término este último que en el mundo ya se está guardando bajo la alfombra… pulverizado por las consecuencias nefastas que ha traído al país y al mundo entero.

Pero hay otro costado que es interesante analizar, y es el comportamiento de los países.
Una noticia aparecida el domingo 17 de mayo, justamente aludía a la decepción del empresariado por el comportamiento de la gente en la Argentina.
Destacaban en un encuentro de análisis empresarial, la diferencia entre el ánimo de los argentinos y los brasileños.
Mientras en Brasil fueron afectadas 48 empresas de un total de 122 en toda América Latina, es decir casi la mitad, no se han parado las inversiones ni el consumo, nadie especula con comprar dólares y existe una natural conformidad. Cabe recordar que ese país, con sus enormes riquezas, viene creciendo en un proceso inclusivo que no había tenido precedentes en su historia. La organización del movimiento obrero también es incipiente, en comparación con la historia de nuestro país, pero poderosa. Acotemos que la marginalidad y la exclusión que vemos en las inmensas ciudades de los pobres como son las favelas, los “escuadrones de la muerte” que atacan a los sin tierra o las incursiones que hacen en los barrios, la guerra entre narcos son datos que, sin embargo no trascienden de la misma manera en nuestro país.
Los empresarios dicen “que en cambio el ánimo de los argentinos es pendular, con una tendencia depresiva en el inconsciente colectivo que apuntala la desconfianza. Es por eso que estamos a la cabeza de la incertidumbre global, lo que hace que al mismo tiempo, todo nos cueste más”.
Un ejecutivo en este encuentro se quejaba de la intervención del Estado en algunas compañías privadas y del control de precios.
Ya hemos analizado cómo estos factores están dirigidos a la protección de la mayoría de los asalariados.
Pero en el aspecto sociológico el empresario destacaba que” en un clima de crisis internacional el desafío es lograr momentos de felicidad, bienestar físico y espiritual”

Lejos en el tiempo y bajo otra dramática circunstancia de crisis, que desembocó en la segunda guerra mundial, uno de los más lúcidos analistas del colectivo social argentino, Arturo Jauretche, afirmaba algo similar sobre el estado de ánimo colectivo:

Decía…” el arte de ellos es desmoralizar, entristecer a los pueblos…los pueblos deprimidos no vencen..Por eso venimos a pelear por el país alegremente. Nada grande se puede hacer desde la tristeza”

Ahora bien, nos preguntamos, qué cambió desde los años 2004 al 2008 cuando con una tasa de crecimiento inusitada del 8% anual, los medios transmitían confianza en el programa de reformas iniciado. Cuando el ex presidente Kirschner se atrevió a desafiar al FMI y al resto del Club de París y a los banqueros de Wall Street y todos aplaudíamos? No había paco- asaltos- inseguridad como ahora? No había más excluidos que ahora?
Los sueldos no eran mas bajos que los actuales? Si no se habían recuperado aún 3 millones de puestos de trabajo? Si aún los jubilados no habían conseguido la movilidad jubilatoria ni las amas de casa no se podían jubilar? Si las AFJP no habían vuelto a manos del Estado? Si no teníamos la aceptación internacional que hoy exhibimos? Si aún los profesores no tenían sueldos dignos? Si los albañiles no tenían aún la motito para ir a trabajar?

Será que nos damos por vencidos muy pronto por una cosa de idiosincrasia? Porque el argentino es triste?
O será que todos los días los medios monopólicos nos muestran hechos violentos, donde se incentiva a la gente a hacer profesión de exhibicionismo para tener su minuto de fama.
O será que los medios, especialmente los canales con más raiting como TN, machacan en forma permanente que todo está mal? Será que quieren que nos hundamos en medio de la crisis? Será que los Biolcatti, Grondona, Morales Solá y los formadores de opinión apuestan a la vuelta al neoliberalismo? Será que nos vuelcan a la bronca y al desánimo colectivos?
Una estudiante universitaria comentaba: ”estuve una semana sin mirar la TV…sabés lo felíz y aliviada que me sentí?”
La realidad es un invento. Si no la miramos por nosotros mismos, habrá alguien que nos va a dar su visión de la realidad y tenderemos a pensar que es cierto, porque no podemos cotejarla o nos cuesta discernir lo que hemos logrado de lo que aún nos falta.
Pero subterráneamente también corre la idea “no gastes, no inviertas, no compres nada, comprá dólares, guardate hasta después de las elecciones”. De dónde parten esos consejos subterráneos?...generalmente de las usinas del poder económico-financiero.
Ellos son los responsables.

Es momento de confiar en nosotros mismos y volcar nuestras potencialidades en construcciones colectivas. Como decía el empresario en su análisis “esta situación de incertidumbre traerá consecuencias a la sociedad argentina…fragilidad en los vínculos, individualismo y competencias en lugar de acción colectiva y colaborativa”.
O lo resolvemos entre todos o no lo resuelve nadie, dijo un hombre que signó nuestro destino en el siglo pasado, Perón.

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(1) Marta Candia

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