20 de mayo de 2009 (1)
La carta Abierta de hoy miércoles está referida a la Discriminación y Nuevas culturas.
Ante todo desearía comentar cual es el concepto del cual partimos como discriminación. Se considera una "construcción social", que se articula entre sectores de poder y sectores subalternos y se traducen en normativa social, disciplinamiento y estigmatización
La pregunta es ¿desde que lugar se construye la figura social del discriminado ya sea como se lo llama: “el adicto”, “el homosexual”, “el pobre”, “la prostituta”, el villero, en fin todo aquel que “huelen mal” para una sociedad que se dice occidental y cristiana?
Se puede responder que es desde le lugar del poder.
En realidad lo que más temen los poderosos es la solidaridad, es decir toda postura activa y positiva para colaborar con los proyectos del otro, aunque estos difieran de los nuestros. Por consiguiente la estrategia del poderoso para no perder su poder es; "construir socialmente" culturas que llevan a las personas ser no-solidarias, por consiguiente, discriminatorias.
Nuestros días están impregnados por lo que podríamos denominar culturas de la no solidaridad tales como: la incertidumbre, la cultura de la inmediatez; de la soledad; del consumismo
Con respecto a la Cultura de la incertidumbre, nos lleva a preguntarnos ¿qué es lo bueno? y ¿qué es lo malo? Dado que los valores no están claros, los límites son inciertos, Hay un relativismo que lleva a justificar, a "naturalizar" injusticias, diferencias irritantes y atropellos. Hasta los torturadores son ahora "ciudadanos" consideran que tienen el derecho presentarse a candidatos a cargos legislativos.
Así mismo en la cultura de la inmediatez; todo tiene que ser conseguido "ya”, la cultura de zaping, con la rapidez de sucesión de imágenes que no da tiempo para pensar, para reflexionar en ninguna de ellas. El exceso de imágenes, el exceso de información atenta contra el conocimiento porque no da tiempo ni espacio para la creatividad.
Se condicionan así personas a-reflexivas, a-páticas (sin pasión) incapaces de comprometerse, de solidarizarse y de ser creativas.
Existe una perdida de la cultura del deseo, la cultura de la ilusión. Tal como lo describe Saint Euxupéy en si libro El Principito cuando el zorro le pedía al Principito: "si vas a venir a visitarme, decime a que hora, así si decís a las cinco, a las cuatro empiezo a ser feliz".
El etnólogo Marc Augé - considerando la etnología como la ciencia social que estudia y compara los diferente pueblos y culturas - describe que en la actualidad es frecuente la existencia de los "no-lugares", que por contraposición de los "lugares", son espacios donde no hay historia, no hay relación personal en el sentido social del término, hay muchedumbres pero no re-unión, imposibilidad de re-conocernos; A. Maleraux el escritor francés lo llama a "solitud" es decir, solos en la multitud.
Este ejercicio social de la soledad se lo observa en las salas de "video-juegos “, en las discotecas, los "shopping".
Para el poder, temeroso de la solidaridad, la mejor forma para que la gente no sea solidaria es que sea solitaria. Pero el gran peligro del " no-lugar" es pasar al "no-yo", porque la "yoidad" se construye y se alimenta de la "otredad".
La cultura del consumismo se advierte en la actualidad en la consigna: tener la mayor cantidad de cosas, en el menor tiempo posible y a cualquier costo. Si es a expensas de los demás, mejor
Según datos del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, el 20% de la población mundial consume el 80% de los recursos disponibles, en la actualidad con la crisis económica mundial, se habrá concentrado más
Por consiguiente no nos podemos extrañar, de los posibles choques entre unos pocos consumidores insaciables y muchos espectadores hambrientos.
Pero es necesario advertir que no en todas las sociedades existen o existían discriminación, en muchas es justamente la solidaridad el valor más reconocido y practicado; valgan como ejemplo significativo las culturas precolombinas (y algunas actuales como la mapuche y la toba) donde se destaca el trabajo comunitario en beneficio de las viudas, huérfanos y desvalidos.
En necesario forjar nuestra cotidianeidad como una micro-militancia de la solidaridad, no despreciando la pequeñez de los mínimos actos, ya que la sumatoria de ellos pueden y podrán cambiar las estructuras de injusticia. Como ejemplo tenemos La Marsellesa que se escribió en una noche, cuando los "Sanscoulottes" avanzaban sobre París, pero la Revolución Francesa se forjó sumando cincuenta años con pequeños y grandes pensamientos del iluminismo.
La comunidad ideal de comunicación sólo puede realizarse cuando se respetan, aquellos mínimos morales esenciales para la convivencia democrática:
· el reconocimiento del otro como persona así como de sus necesidades, proyecto e intereses vitales;
· la disposición a razonar y a alcanzar acuerdos mediante argumentos;
· el compromiso en la mejora material y cultural tendiente a alcanzar el máximo de simetría y, como se ha dicho, el reemplazo de la tolerancia por el compromiso activo, es decir, por la solidaridad y la fraternidad.
Estos aspectos de las nuevas culturas no son de aparición espontánea, sino hay estrategias que se viene planteando para su desarrollo. De ahí la importancia de considerar las propuestas y aportes de los foros que se realizan a lo largo del país sobre el proyecto Ley de Comunicación Audiovisual, dada la importancia en democratizar la comunicación y concretar la pluralidad para que las voces de todos los sectores de nuestra sociedad puedan ser oídas
El poder oír otras voces posibilitará entre otras cosas el respeto por el otro condición sine qua non de la vida democrática.
Esta es la Propuesta de Carta Abierta propuesta de hoy miércoles 20 de mayo de 2009
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(1) Noemí Olivera -Psiquiatra
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