4 de noviembre de 2009 [1]
Hoy voy a citar palabras de uno de los Jefes de las Mesa de Enlace, Biolcatti, que tiene la virtud de transparentar la esencia de las posiciones corporativas dijo: “encontraremos la manera de luchar por lo que es nuestro... Hay que poner fin a la confiscación de la renta, que provoca la asfixia económica de la actividad privada, evitando que sea utilizada como herramienta de dominación por parte del poder político"
En los mejores tiempos económicos que hemos vivido como pais, alrededor del 50% de la riqueza nacional se distribuía entre los trabajadores, este porcentaje fue drásticamente reducido con la dictadura militar y el neoliberalismo posterior.
Siempre detrás de cada cambio de gobierno, por el medio que fuera, existió la disputa por la distribución de la renta que tan claramente plantea Biolcatti.
Y hoy, y especialmente a partir de la 125, pero en muchas otras medidas o leyes, como las de las AFJP, la televisación del futbol, la ley de medios, o el decreto para la asignación de $180 a cada chico, es de la renta, de lo que se discute, que no nos queden dudas.
En general, desde los medios de desinformación masiva, pasando por los partidos políticos, la iglesia y las corporaciones mas diversas, se habla de la pobreza, de la justicia social, de la educación, y de la salud. Y esto es lo mismo que hablar de redistribuir la renta.
El problema que nos plantea Biolcatti, es de la renta de quien estamos hablando. Por eso es que hacen un frente común, con los grandes empresarios, y los multimedios. Para impedir que disminuyan sus ganancias –exorbitantes en la mayoría de los casos-
El discurso esquizofrénico es plantear que los otros luchen contra la pobreza, mientras yo lucho por mi riqueza.
Aunque haya muchos matices intermedios se ven entonces dos formas de pensar definidas, dos modelos de país, dos modelos de organización humana posible.
Una ha hecho crisis a nivel mundial. El ansia de ganancias a cualquier precio impuesto durante tantos años por el sistema financiero internacional.
La otra nos dio la buena noticia de los últimos días: Cinco millones de chicos tendrán un ingreso mínimo. La política en serio, le ganó otra vez a las corporaciones.
[1] Ing. Raúl Gallo
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